martes, 17 de junio de 2008

La Anemia en los niños: Problema muy común


La hemoglobina es una proteína muy importante para nuestro organismo pues es la que transporta el oxígeno necesario para el buen funcionamiento de todos los tejidos de nuestro cuerpo. Cuando la cifra o el contenido de la hemoglobina se presenta más bajo que lo indicado y esperado en una análisis de sangre, eso se traduce en una anemia.

La anemia es una preocupación constante de muchas madres. Y no es para menos. Hoy en día, según los últimos estudios, casi un 50% de los niños menores de 4 años de edad presentan esa enfermedad, mientras que en el Perú la realidad es de uno de cada dos niños menores de 2 años tiene anemia.

En la actualidad se considera como anemia en niños, un valor de hemoglobina por debajo de los 11 g/dl (para los menores de 6 meses de edad, salvo los recién nacidos) y por debajo de los 12 g/dl para los mayores de 6 meses. También es equivalente un valor de hematocrito menor de 33 % y de 35 % respectivamente.

De acuerdo a la OMS (Organización Mundial de la Salud) los criterios de severidad son:

Anemia leve: hemoglobina mayor de 10 g/dl.
Anemia moderada: hemoglobina entre 8-10 g/dl.
Anemia severa: hemoglobina menor de 8 g/dl

Causas de la anemia en los menores

1- La deficiencia de hierro es la principal causa de la anemia infantil. Una alimentación pobre en alimentos ricos en hierro puede provocar la anemia.

2- Una enfermedad parasitaria intestinal también puede provocar pérdidas de sangre, debido a que sea consumida por los parásitos.

3- La anemia también puede ser producida por alguna enfermedad o infección, como la urinaria, tuberculosis, paludismo, tumores, fiebre tifoidea, leucemia, entre otras.

4- En los casos en que los niños menores de un año tomen leche entera de vaca u otros animales. Una ingestión de leche en esta edad puede producir una pérdida de glóbulos rojos, lo que provocaría una salida periódica de glóbulos rojos hacia la luz intestinal y con el tiempo, anemia.

5- Por la exposición diaria a la contaminación ambiental que producen las fábricas de pinturas, tintes, baterías y talleres de metalmecánica. Esas situaciones pueden llevar a una intoxicación progresiva por plomo del organismo y ocasionar una anemia severa.

6- Algunos antibióticos pueden producir anemia, cuando son usados por largo tiempo. Por esta razón, siempre que el pediatra recete algún antibiótico, cuestione acerca de sus efectos colaterales con él. Siempre es recomendable saber lo que se está tomando.

7- La anemia también puede ser una deficiencia en vitamina B12.

Los síntomas

La anemia puede producir diferentes síntomas de acuerdo a su severidad, pero en la mayoría de los casos, los niños anémicos presentan: sensación de frío, palidez cutáneo-mucosa (más evidente en manos y labios), fatiga, somnolencia (sueño excesivo y permanente), irritabilidad, decaimiento o apatía, debilidad muscular, adelgazamiento, hiporexia (disminución del apetito), taquicardia (aumento de la frecuencia cardíaca), infecciones a repetición, retardo en el crecimiento y en el desarrollo psicomotor.

Anemia y cerebro infantil

Las últimas investigaciones han revelado la estrecha relación existente entre las cifras de hemoglobina y el funcionamiento del cerebro de los infantes, a este respecto sabemos que, el hierro es necesario para que se den las conexiones neuronales, así como para el funcionamiento de los neurotrasmisores (sustancias químicas que se encuentran en el cerebro y permiten la transmisión de la información y actividad eléctrica). Provoca bajo rendimiento intelectual, dificultades del aprendizaje, disminución en su desempeño cognitivo y por ende fracaso escolar. Los niños anémicos se muestran menos afectuosos, menos adaptados al medio y presentan mas trastornos de conducta.

El tratamiento

Se inicia la administración oral de preparados de hierro (sulfato ferroso, gluconato o polimaltosato de hierro, éste último se prefiere por su mejor tolerancia y beneficios).

La dosis de hierro elemental es de 3 a 6 mg por kilo de peso por día. Se debe dar la dosis fraccionada en dos o tres tomas diarias, preferiblemente alejadas de las comidas. El tiempo de administración dependerá de los exámenes de control y de la desaparición de los síntomas. También el hierro se puede administrar por inyección intramuscular o endovenosa en casos de estar comprometida la vía oral.

Nutrición ideal preventiva

El primer paso para prevenir la anemia en los niños es evitar a que la madre embarazada la tenga, a través de un buen control prenatal. Cuando nazca el bebé, se debe asegurar una lactancia materna por lo menos en los primeros 6 meses de vida. En los casos de lactancia artificial, utilizar fórmulas infantiles ya que éstas vienen con un complemento de hierro. A partir de ahí, el control de hierro se hará sólo por la alimentación. Lograr una alimentación adecuada es una base esencial para su buen crecimiento y desarrollo.

No existe nada mejor para evitar la anemia que una buena, variada, y adecuada alimentación. Se puede encontrar hierro en alimentos como:

1) Carne de vaca, pollo y pescado. Cuanto más oscura, mejor.
2) Yemas de huevos.
3) Frutas: uvas, mango, etc.
4) Verduras de hojas verde oscuro.
5) Arverjas, espinacas, brócolis, coliflor, remolachas o beterragas.
6) Vainitas, lentejas, garbanzos, soya..
7) Vísceras en general. Hígado de ternera, etc.
8) Mariscos de concha: mejillones, almejas.

Muy importante

Para que la absorción del hierro sea más efectiva y directa es recomendable siempre asociar a la ingesta de hierro alimentos que tengan vitamina C, encontrados por ejemplo en la naranja y en el limón. Según algunos expertos en el tema, algunos tipos de infusiones, así como la leche de vaca en exceso, pueden inhibir la absorción de hierro.

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