jueves, 19 de noviembre de 2015

Las bebidas energéticas y el consumo en jóvenes

Apenas una bebida energética puede provocar aumentos potencialmente nocivos tanto en los niveles de la hormona del estrés como en la presión arterial de los jóvenes adultos sanos, muestra un estudio reciente.
 
Tras beber una lata de 16 onzas (473 mililitros) de "Rockstar Punched", los adultos jóvenes experimentaron un aumento del 74 por ciento de los niveles en sangre de la hormona de "lucha o huída" norepinefrina, apuntó la investigadora líder, la Dra. Anna Svatikova, cardióloga de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. Eso es más del doble de un aumento del 30 por ciento en la norepinefrina que los mismos participantes experimentaron cuando consumieron una bebida energética falsa, dijo Svatikova.
 
La bebida energética falsa contenía la misma cantidad de azúcar y casi las mismas calorías, pero no incluía unos estimulantes naturales que sí se hallan en la bebida Rockstar, comentó. Los estimulantes de la bebida energética real incluyen cafeína, taurina, guaraná, ginseng y extracto de cardo mariano.
 
Los adultos jóvenes también experimentaron un aumento significativo en la presión arterial tras consumir la bebida energética, halló el estudio. "La preocupación es que si estas respuestas se observan en jóvenes sanos, quizá el efecto de las bebidas energéticas sean más pronunciados en personas que ya tienen hipertensión o arritmias", lo que conduciría a más ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares, advirtió Svatikova.
 
Los hallazgos se presentarán el domingo en la reunión anual de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), en Orlando, y los resultados se publicarán de forma simultánea en la revista Journal of the American Medical Association. Las bebidas energéticas pueden contener hasta cinco veces más cafeína que una taza normal de café, según la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA) de EE. UU. Las visitas a las salas de emergencias en que había bebidas energéticas involucradas se duplicaron entre 2007 y 2011, al pasar de unas 10,000 a casi 21,000, señaló la SAMHSA.
 
Estudios anteriores han mostrado que los consumidores de bebidas energéticas experimentan un aumento dramático en la presión arterial, advirtió Svatikova. Los investigadores realizaron este estudio para ver si el aumento en la presión arterial era causado por el cambio en los niveles de la hormona del estrés de las personas.
 
El estudio incluyó a 25 adultos jóvenes sanos. Tenían entre 26 y 31 años de edad, y no tenían ningún factor de riesgo cardiaco conocido. Cada persona bebió una lata de 16 onzas de Rockstar Punched o la bebida falsa al azar en dos días distintos. Los investigadores midieron la presión arterial y los niveles de norepinefrina en sangre de los participantes antes y 30 minutos después de que consumieran la bebida.
 
El cuerpo por lo general comienza a liberar norepinefrina en situaciones de lucha o huída de un estrés extremo, explicó Svatikova. La hormona aumenta la presión arterial y la capacidad de contracción del corazón, e incrementa la activación y la alerta en el cerebro.
 
Los niveles de norepinefrina de los participantes aumentaron más del doble en comparación con el consumo de la bebida falsa, encontraron los investigadores. La presión arterial también subió debido a las bebidas energéticas. Por ejemplo, la presión arterial media aumentó en un 6.4 por ciento tras el consumo de la bebida energética, frente a un 1 por ciento cuando los adultos jóvenes consumieron la bebida falsa, según el estudio.
 
"Esos productos no son benignos, y no hay límites al consumo de los individuos de dichos productos", comentó Linda Van Horn, profesora de medicina preventiva y nutrición de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, y vocera de la Asociación Americana del Corazón. Debido al tamaño pequeño del estudio "probablemente sea prematuro plantear alguna preocupación o advertencia específica sobre estos productos", añadió Van Horn. Pero tanto Van Horn como Svatikova dijeron que los médicos deben tomar nota de este posible efecto, y pensar en pedir a los pacientes cardiacos que eliminen las bebidas energéticas de sus dietas.
 
"Cómo médicos, quizá debamos preguntar a las personas sobre su consumo de bebidas energéticas y tomarlas en cuenta cuando interpretemos sus señales vitales en las emergencias", aconsejó Svatikova. "En cuanto a los consumidores, deben tener cuidado cuando consuman bebidas energéticas, porque podrían aumentar su riesgo de problemas cardiacos repentinos, incluso en los jóvenes". La Asociación Americana de las Bebidas (American Beverage Association) criticó los hallazgos.
 
"La cafeína de las bebidas energéticas populares no tiene nada de particular, y es alrededor de la mitad de la que contiene una taza de café de un tamaño similar de una cafetería", dijo la asociación en una declaración. "Según un estudio publicado en la International Journal of Cardiology, beber café produciría resultados similares a los hallazgos de este resumen".
 
"La investigación científica ha establecido la seguridad de las bebidas energéticas, al igual que las agencias reguladoras de todo el mundo", continuó la asociación. "Este mismo año, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria confirmó la seguridad de las bebidas energéticas y sus ingredientes tras una extensiva revisión". Los principales fabricantes de bebidas energéticas de Estados Unidos muestran el contenido total de cafeína en sus paquetes, junto con advertencias que dicen que las bebidas energéticas no se recomiendan para los niños, las mujeres embarazadas o lactantes, ni nadie que sea sensible a la cafeína, añadió la asociación.
 
FUENTES: Anna Svatikova, M.D., cardiologist, Mayo Clinic, Rochester, Minn.; Linda Van Horn, Ph.D., R.D., professor, preventive medicine and nutrition, Northwestern University Feinberg School of Medicine, spokeswoman, American Heart Association; Nov. 8, 2015, presentation, American Heart Association annual meeting, Orlando, Fla.; Nov. 8, 2015, Journal of the American Medical Association, online; Nov. 5, 2015, statement, American Beverage Association

domingo, 15 de noviembre de 2015

Carnes a la parrilla y fritas pueden producir cáncer al riñón

Cocinar las carnes a altas temperaturas, como en las barbacoas o en las sartenes, podría aumentar el riesgo de cáncer de riñón, según un estudio reciente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió el mes pasado que la carne procesada (incluyendo la tocineta, los perritos calientes y las salchichas) puede provocar cáncer de colon.
 
La carne roja también se asoció con un riesgo más alto. El nuevo estudio observó concretamente el cáncer de riñón, que está en aumento en Estados Unidos y otros países en desarrollo. "Este estudio, y otros como él, sugieren que el modo en que cocinamos la carne podría aumentar el riesgo de cáncer de riñón", dijo la investigadora principal, la Dra. Xifeng Wu, profesora en el departamento de epidemiología del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, en Houston.
 
"Limite la cantidad de tiempo en que cocina la carne a temperaturas muy altas o sobre una llama que acabe quemando, ahumando o chamuscando la carne", sugirió Wu. Estos nuevos hallazgos respaldan las recomendaciones dietéticas para la prevención del cáncer de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) que limitan la ingesta de carne roja y procesada, señaló. Susan Gapstur, vicepresidenta de epidemiología de la sociedad contra el cáncer, comentó que cuando se cocina la carne a temperaturas muy altas, se liberan ciertas sustancias que provocan cáncer, algunas de las cuales están vinculadas con el cáncer de riñón.
 
"Este estudio ofrece algunas evidencias de que cocinar la carne a temperaturas muy altas podría aumentar el riesgo de cáncer, especialmente entre las personas con ciertas mutaciones genéticas", dijo Gapstur. Pero este estudio solamente muestra una asociación entre el consumo de carne cocinada a temperaturas altas y el riesgo de cáncer de riñón, no que realmente cause cáncer de riñón. Para mostrar eso, se necesitan estudios prospectivos de mayor tamaño, indicó. El informe aparece en la edición en línea del 9 de noviembre de la revista Cancer.
 
Muchos estudios anteriores han sugerido que aspectos de la llamada dieta occidental (que incluye una ingesta alta de carne, almidones y alimentos procesados) son en parte responsables del aumento del cáncer de riñón, dijo Wu. Para estudiar esto con mayor profundidad, Wu y sus colaboradores recogieron información de más de 650 pacientes con cáncer de riñón y las compararon con los datos de casi 700 pacientes que no tenían cáncer. Un cuestionario sobre la alimentación preguntaba no solo sobre la ingesta de carne, sino también sobre los métodos usados para cocinar, señalaron los autores del estudio.
 
Los investigadores descubrieron que los pacientes con cáncer de riñón comían más carne roja y blanca que los demás. También comían más carne cocinada a temperaturas altas o sobre una llama, como puede ser a la sartén, a la parrilla o en una barbacoa.
 
El estudio halló que, en particular, dos componentes químicos provocados por el hecho de cocinar a temperaturas altas parecían aumentar el riesgo de cáncer de riñón en más de un 50 por ciento. Además, las personas con ciertas mutaciones genéticas parecían ser más susceptibles que otras a los efectos de estas sustancias, dijeron los investigadores. Pero Gapstur dijo que el riesgo de cáncer de riñón para las personas con estas mutaciones genéticas no es tan alto, ni de cerca, como el riesgo de cáncer de mama asociado con las mutaciones del BRCA.
 
Gapstur dijo que el informe de la OMS debería orientar los hábitos de comer carne. "La carne procesada y la carne roja, en particular, son carcinógenas y se asocian con un riesgo más alto de cáncer de colon, el tercer tipo de cáncer que más habitualmente se diagnostica en Estados Unidos. De modo que limitar el consumo sigue siendo importante", dijo. Además, hay que evitar cocinar la carne a temperaturas altas, sugirió Gapstur.
 
"Este estudio se suma a las evidencias de que los métodos con los que se cocina quizá sean importantes", indicó. 
 
  FUENTES: Xifeng Wu, M.D., Ph.D., professor, department of epidemiology, University of Texas, MD Anderson Cancer Center, Houston; Susan Gapstur, Ph.D., vice president, epidemiology, American Cancer Society; Nov. 9, 2015, Cancer

viernes, 13 de noviembre de 2015

Tener unas piernas fuertes se asocia con una mente fuerte

Tener unas piernas potentes podría fortalecer su cerebro a medida que se hace mayor, según unos investigadores.
 
Un estudio británico de 10 años concluyó que la fuerza en las piernas se asociaba firmemente con un envejecimiento cerebral más sano. Además, el equipo del Colegio del Rey de Londres afirmó que los hallazgos sugieren que simplemente con caminar más para aumentar la fuerza y la velocidad de las piernas podría ayudar a mantener la función cerebral a medida que envejece.
 
El estudio incluyó a 324 gemelas, con un buen estado de salud, con una edad comprendida entre los 43 y los 73 años, en el Reino Unido. Se realizaron pruebas a su capacidad de pensar, de aprender y su memoria al inicio y al final del estudio.
 
Los investigadores hallaron que la fortaleza de las piernas fue un mejor predictor para la salud cerebral que cualquier otro factor del estilo de vida en el estudio. En general, la gemela con una mayor fuerza en las piernas al inicio del estudio mantuvo mejor sus habilidades mentales y tuvo menos cambios cerebrales relacionados con la edad que la gemela con las piernas más débiles, según el estudio.
 
"Todo el mundo desea saber cuál es el mejor modo de mantener su cerebro en forma a medida que envejece. Las gemelas idénticas son una comparación útil, ya que comparten muchos factores, como la genética y las condiciones ambientales al inicio de la vida, que no podemos cambiar en la edad adulta", dijo en un comunicado de prensa del colegio la autora del estudio, Claire Steves, profesora de investigación en gemelos.
 
"Es convincente ver tales diferencias en la cognición [el pensamiento] y la estructura cerebral en las gemelas idénticas, que tenían una potencia en las piernas diferente 10 años antes", añadió Steves. "Sugiere que los cambios sencillos en el estilo de vida que aumenten la actividad física podrían ayudar a mantenernos sanos mental y físicamente".
 
Las investigaciones previas han mostrado que la actividad física puede ayudar a la salud cerebral a medida que las personas envejecen. Y los estudios con animales han encontrado que el ejercicio libera hormonas que pueden animar al crecimiento de las células nerviosas, indicaron los autores del estudio.
 
Los mecanismos que hay detrás de esta asociación no están claros y podrían implicar a otros factores como los cambios relacionados con la edad en la función inmunitaria, la circulación sanguínea o las señales nerviosas, según los investigadores.
 
Además, la investigación no demostró una relación de causa y efecto entre la fuerza de las piernas y la salud cerebral. Se necesitan más estudios para saber más sobre el vínculo potencial entre la fuerza en las piernas y el envejecimiento del cerebro sano, y para determinar si los hallazgos también aplican a los hombres, dijo Steves.

FUENTE: King's College London, news release
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