lunes, 25 de noviembre de 2013

Prohibido para la Migraña

Los fármacos recetados no deben ser el primer tratamiento para las migrañas. Y los médicos no deben indicar rutinariamente escáneres cerebrales para los pacientes con los debilitantes dolores de cabeza, según unas directrices recientes.
 
La Sociedad Americana del Dolor de Cabeza (American Headache Society) adoptó una postura sobre las pruebas comunes que con frecuencia resultan innecesarias o potencialmente arriesgadas, y publicó las nuevas recomendaciones en la edición de noviembre y diciembre de la revista Headache. "Nuestro objetivo es animar a los médicos y a los pacientes a pensar cuidadosamente sobre la atención médica que puede resultar nociva o innecesaria", comentó la Dra. Elizabeth Loder, presidenta de la Sociedad Americana del Dolor de Cabeza. "No abordamos el tema considerando el costo como lo más importante.
 
El objetivo es ayudar a abordar los problemas de la atención con un valor bajo". Los analgésicos opiáceos, como OxyContin y Vicodin, y el barbiturato butalbital plantean riesgos graves a largo plazo, advirtió la sociedad. "La efectividad de los opiáceos no es la cuestión", explicó Loder, jefa de la división de dolor de cabeza y dolor del departamento de neurología del Hospital Brigham and Women's, en Boston.
 
"El problema es que aunque sean efectivos para un solo ataque, en muchas personas la migraña es un trastorno crónico del que sufrirán durante muchas décadas". La creciente epidemia de abuso de analgésicos recetados en EE. UU. es evidencia de la dependencia asociada con estos medicamentos. Casi tres de cada cuatro sobredosis de medicamentos son provocados por los analgésicos opiáceos, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de EE. UU. "Esto termina siendo un segundo problema para los pacientes", anotó Loder. Usar un exceso de esos analgésicos también puede conducir a una afección llamada cefalea por abuso de medicación, apuntó otra experta.
 
"Muchas investigaciones muestran que los opiáceos en realidad aumentan la sensibilidad al dolor de cabeza", señaló la Dra. Rebecca Erwin Wells, profesora asistente de neurología del Centro Médico Bautista Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte. Las cefaleas por abuso de medicación son difíciles de tratar, añadió Wells. Además, las directrices indican que no se deben realizar estudios con escáneres cerebrales en los pacientes con dolores de cabeza estables que cumplen con los criterios de la migraña. Y no se deben utilizar escáneres TC en una situación que no es una emergencia como herramienta diagnóstica para los pacientes de dolor de cabeza cuando haya IRM disponibles.
 
"La IRM puede diagnosticar más afecciones que podrían causar un dolor de cabeza, que las TC podrían obviar", explicó Loder. Además, a diferencia de las TC, las IRM usan unos imanes potentes y no exponen a los pacientes a la radiación. "La IRM ofrece un mejor valor y es más segura", concluyó Loder. Los especialistas en el dolor de cabeza también dijeron que la cirugía que se dirige a los puntos desencadenantes de la migraña aún es experimental, y que no se recomienda fuera del contexto de un ensayo clínico. "Carecemos de suficiente evidencia como para afirmar que los beneficios de la cirugía superan a los daños potenciales, o incluso que es útil", advirtió Loder.
 
Antes de que se aprueben nuevos medicamentos para su uso, deben pasar por una evaluación rigurosa que cumple con un cierto estándar, anotó, "y el estándar para las intervenciones quirúrgicas irreversibles no debe ser más bajo". Finalmente, un uso prolongado o frecuente de analgésicos de venta libre para el dolor de cabeza tampoco es de sabios, señalan las directrices. Las personas no deben tomar estos fármacos más de dos veces por semana, anotó Wells. Loder se mostró de acuerdo. "Tomar estos fármacos a diario no es bueno para los riñones, el hígado ni el estómago", dijo Loder.
 
"Hay muchas estrategias que pueden funcionar que son mejor que simplemente atragantarse de Motrin". Entonces, ¿qué les funciona a la mayoría de los que sufren de migrañas? Los triptanos son una familia de fármacos utilizados para detener las migrañas una vez comienzan, dijo Loder. Y las personas que sufren de migrañas frecuentes pueden utilizar terapias preventivas como la biorretroalimentación con regularidad, añadió.
 
La biorretroalimentación es una técnica que las personas pueden aprender para ayudar a cambiar la forma en que su cuerpo responde a los síntomas físicos. Dormir lo suficiente y no saltarse las comidas también puede ayudar a mantener el dolor de las migrañas a raya, sugirió. El tratamiento de la migraña y las percepciones sobre la afección en sí han cambiado de forma dramática con los años. Ahora, los científicos creen que la migraña tiene un vínculo genético y que el trastorno tiene que ver con la química cerebral y las vías nerviosas. "Comprendemos mucho más sobre los distintos tipos de dolor de cabeza, y contamos con tratamientos específicos que funcionan", aseguró Loder.
 
Se calcula que el 12 por ciento de los estadounidenses sufren de migrañas, tres veces más mujeres que hombres.
 
FUENTES:
Elizabeth Loder, M.D., M.P.H., president, American Headache Society, chief, division of headache and pain, department of neurology, Brigham and Women's Hospital, Boston; Rebecca Erwin Wells, M.D., M.P.H., assistant professor, neurology, Wake Forest Baptist Medical Center, Winston-Salem, N.C.; November-December 2013, Headache

viernes, 8 de noviembre de 2013

Vientre plano y un riñón sano

Perder la grasa abdominal y limitar los alimentos procesados y otras fuentes de fósforo dietético podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedades renales, según un estudio reciente. El fósforo se añade a muchos alimentos procesados para aumentar su sabor y alargar su periodo de consumo. Hay niveles altos de fósforo de forma natural en las proteínas animales, lácteas y vegetales, comentó el líder del estudio, el Dr. Alex Chang, de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore.
 
El estudio de casi 500 personas con sobrepeso u obesas que se habían inscrito a un programa para un estilo de vida saludable halló que reducir la cintura y el consumo de fósforo dietético se asoció con niveles más bajos de proteína en la orina (albuminuria), que es una señal temprana de enfermedad renal. Después de seis meses, las cinturas de los participantes se redujeron un promedio de 4.3 centímetros (1.7 pulgadas) y experimentaron una reducción del 25 por ciento de la proteína en la orina.
 
Los investigadores también hallaron que una reducción de 314 miligramos en la excreción del fósforo resultó en una disminución del 11 por ciento en la proteína de la orina. El estudio aparece en la edición de noviembre de la revista American Journal of Kidney Diseases. Otros estudios han sugerido que perder peso puede ralentizar la progresión de las enfermedades renales, pero este es el primer estudio de investigación que respalda la pérdida de grasa abdominal y la limitación del consumo de fósforo como un modo posible de prevención de que aparezcan enfermedades renales en primer lugar, comentó el Dr. Joseph Vassalotti, director médico de la National Kidney Foundation, en un comunicado de prensa de la fundación.
 
"Una buena regla de oro es que si la comida viene en un paquete, probablemente tenga un nivel alto de fósforo", señaló. "Aproximadamente un 90 por ciento de los aditivos de fósforo son absorbidos por el cuerpo". Para limitar el consumo de fósforo, busque las palabras "PHOS" en las etiquetas de los alimentos. Pero el fósforo no siempre aparece en las etiquetas de los alimentos, indicó Vassalotti, de modo que es necesario conocer las fuentes probables.
 
Entre éstas se encuentran:
• Los alimentos procesados como los refrescos de cola oscuros, los cereales y el agua con sabores.
• Los productos lácteos como el queso, la leche, la crema, el helado y el yogurt.
• Las proteínas de animales como los fiambres, las vísceras, los ablandadores de carne, las ostras y las sardinas.
• Los frijoles secos, las lentejas, los guisantes, los frutos secos y las semillas (incluyendo la mantequilla de maní y otras mantequillas de frutos secos), el cacao (incluyendo las bebidas basadas en el chocolate y los puddings).
 
FUENTE: National Kidney Foundation

lunes, 4 de noviembre de 2013

Los adultos mayores que hacen ejercicio tienen menos fracturas

Un estudio sugiere que los adultos mayores que hacen ejercicio serían menos propensos a caerse y si lo hacen, también estarían menos expuestos a las fracturas. Los autores hallaron que los adultos mayores que participan de programas de ejercicios de prevención de las caídas son un 37 por ciento menos propensos que el resto a sufrir lesiones en una caída.
 
"Las caídas son un problema médico grave y frecuente en los adultos mayores, pero también se sabe que se pueden prevenir y que el ejercicio es una forma de lograrlo", dijo la autora principal, Fabienne El-Khoury. "Pero no hay evidencia de que (los programas de) ejercicio disminuyan las lesiones graves o más leves, aun cuando tengan consecuencias médicas, psicológicas y económicas", agregó El-Khoury, estudiante de doctorado de la Universidad de Paris-Sur y del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (INSERM, por su nombre en inglés) de Francia.
 
El 30-40 por ciento de los mayores de 65 se cae por lo menos una vez por año, según indicó la Comisión Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por su sigla en inglés). El 5-10 por ciento de ellos tendrá una lesión grave, como una fractura de cadera.
 
La USPSTF recomienda que los adultos mayores que viven de manera independiente y con alto riesgo de caídas hagan ejercicio o fisioterapia y/o tomen suplementos con vitamina D. Los grupos de riesgo son los que ya sufrieron caídas, tienen trastornos de movilidad o no pueden levantarse de una silla o caminar. En el estudio publicado en BMJ, el equipo de El-Khoury utilizó la información de 17 estudios previos que habían comparado a un grupo de 2195 voluntarios de un programa físico con otras 2110 personas que no ejercitaban.
 
Los participantes tenían 77 años o más, en promedio, y el 75 por ciento era mujer. Si se caían, los que hacían ejercicio eran un 37 por ciento menos propensos a sufrir una lesión (desde un moretón hasta una fractura) que el grupo control y tenían un 61 por ciento menos riesgo de sufrir una fractura. Además, eran un 43 por ciento menos propensos a tener una caída con lesiones tan graves como para quedar internados.
 
El-Khoury consideró difícil estimar a cuántas lesiones equivale esa reducción del riesgo porque entre los estudios difería el procedimiento de información de las lesiones y los resultados. Yvonne Michael, especialista en caídas en la tercera edad, explicó que podría ser que el organismo de los adultos mayores que hacen ejercicio esté mejor preparado para absorber la caída.
 
Los autores sugieren que también mejoraría la capacidad cognitiva, lo permitiría reaccionar mejor y, por ejemplo, agarrarse de un objeto. Para Michael, los resultados coinciden con los de estudios previos, aunque aún se desconoce qué programa de ejercicio es el más efectivo.
 
FUENTE: BMJ, online
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