Hacer más de una hora de actividad física cada día puede reducir el riesgo de las mujeres de cáncer de mama, sugiere una investigación reciente.
Aunque el tipo de tumor que una mujer tiene afecta qué tanto podría ayudar el ejercicio, una revisión nueva de 37 estudios halló que la actividad física regular es beneficiosa para las mujeres de todas las edades y tamaños.
"Son todos los estudios que observaron la relación entre el ejercicio físico y el riesgo de cáncer de mama que se han publicado a la fecha, así que estamos confiados en que los resultados de nuestro análisis son robustos", aseguró en un comunicado de prensa de la Organización Europea del Cáncer (European Cancer Organization) Mathieu Boniol, director de investigación del Instituto Internacional de Investigación en Prevención de Lyon, Francia.
Los investigadores analizaron los datos de más de 4 millones de mujeres. Cuando se les comparó con las mujeres que realizaban la cantidad más baja de actividad física, las que eran más activas redujeron su riesgo de cáncer de mama en un 12 por ciento, mostró la revisión.
La investigación, presentada el jueves en la Conferencia europea del cáncer de mama en Glasgow, Escocia, reveló que el ejercicio reducía el riesgo de cáncer de mama de una mujer independientemente de su edad o índice de masa corporal, que es una medida que se basa en el peso y en la estatura.
Los investigadores concluyeron que los beneficios del ejercicio no se deben solo a la pérdida de peso ni simplemente a que sean activas desde una edad temprana.
"Estos hallazgos son importante para todas las mujeres, independientemente de su edad y peso", planteó en el comunicado de prensa la Dra. Hilary Dobson, presidenta del comité nacional de organización de la Conferencia europea del cáncer de mama. "Aunque el mecanismo del efecto potencialmente protector de la actividad física sigue sin estar claro, el análisis, que se presenta aquí, provee a las mujeres con un ímpetus real para aumentar su actividad física incluso en incrementos muy pequeños".
Ya se ha mostrado que la actividad física protege de otras formas de cáncer y de la enfermedad cardiaca, anotaron los autores.
"Añadir el cáncer de mama, incluso los tipos agresivos, a la lista de enfermedades que se pueden prevenir mediante la actividad física debe animar al desarrollo de ciudades que fomenten el deporte al facilitar que se transite en bicicleta y a pie, la creación de nuevos centros deportivos y la promoción del ejercicio a través de campañas educativas", planteó Boniol.
"Se trata de una estrategia de bajo costo y sencilla para reducir el riesgo de una enfermedad que actualmente tiene un costo muy alto, tanto para los sistemas de atención de salud como para las pacientes y sus familias. Es una buena noticia para los individuos y los legisladores", añadió Boniol.
Los autores de la revisión anotaron que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) contrarresta el efecto protector del ejercicio. Apuntaron que un creciente número de mujeres probablemente aún se beneficien de más actividad física dado que la concienciación pública de los efectos secundarios posibles de la TRH ha resultado en una reducción significativa en su uso.
Las investigaciones presentadas en reuniones médicas se deben considerar como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
FUENTE: European Cancer Organization
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