Una multitud de personas que se trasladan de casa al trabajo toman café para empezar el día laboral. Pero un nuevo estudio sugiere que la cafeína podría hacer más para que el cerebro aumente el estado de alerta: también podría ser de ayuda para su memoria.
Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins observaron el impacto de la cafeína sobre la memoria y excluyeron los otros tipos de influencias que tiene sobre el cerebro.
El estudio mostró que la cafeína aumenta ciertos recuerdos durante hasta 24 horas después de haberla consumido.
"El hallazgo de que la cafeína tiene un efecto sobre este proceso en los seres humanos (el proceso de hacer los recuerdos más permanentes y menos susceptibles de ser olvidados) fue una de las grandes novedades", comentó el autor del estudio Michael Yassa, profesor asistente de neurobiología y conducta en la Universidad de California, Irvine, que realizó la investigación mientras estaba en la Johns Hopkins.
El estudio, que fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. y la U.S. National Science Foundation, incluyó a más de 100 participantes que eran "inexpertos en cafeína", es decir, no eran consumidores muy habituales de café, té ni refrescos de cola, explicó Yassa.
"Escogimos personas que tomaban menos de 500 miligramos de cafeína a la semana", señaló. "La mayoría no tomaban café.
La mayoría tomaban un refresco una o dos veces a la semana".
El contenido de cafeína en el café cambia en gran medida. La mayoría de las tazas de tamaño promedio contienen aproximadamente 160 miligramos (mg), comentó Yassa. Pero una taza de 16 onzas de café de Starbucks contiene 300 mg de cafeína, según el Centro de la Ciencia en el Interés Público (Center for Science in the Public Interest).
Se necesitó una dosis de al menos 200 mg de cafeína para conseguir la consolidación de la memoria, indicaron los investigadores.
Para realizar el estudio, que fue publicado en línea el 12 de enero en la revista Nature Neuroscience, los investigadores pidieron a los participantes que observaran cientos de imágenes comunes y cotidianas en la pantalla de una computadora: zapatos, silla, un patito de goma, etc.
"Les pedimos que nos dijeran si se trataba de un objeto situado en interiores o en exteriores, pero realmente no nos importaba lo que dijeran", explicó Yassa. "Solo queríamos que prestaran atención al objeto, que insertaran el objeto en su cerebro".
Cinco minutos después de que los participantes observaron las imágenes, a la mitad se les dio 200 miligramos de cafeína y a la otra mitad un placebo. Regresaron 24 horas después, una vez que había expulsado la cafeína de su sistema, y observaron más imágenes de objetos. Se les pidió que calificaran las imágenes como viejas, nuevas o parecidas a las imágenes originales que habían visto (por ejemplo, la imagen de un pato que habían visto el día anterior, pero tomada desde un ángulo ligeramente distinto).
Las personas que habían tomado cafeína lo hicieron mejor a la hora de distinguir las imágenes parecidas a las originales, y las que habían tomado el placebo eran más propensas a identificar de forma incorrecta las imágenes parecidas con las imágenes viejas, indicaron los investigadores.
Yassa afirmó que la capacidad inducida por la cafeína de reconocer las imágenes parecidas, pero no idénticas, no se produjo cuando se dio a las personas dosis más pequeñas de cafeína o cuando tomaron la cafeína una hora antes de la prueba.
"Los participantes que habían tomado cafeína eran más propensos a identificar los objetos similares correctamente como similares y no como viejos", comentó. "Al hacer esto, se demuestra que la cafeína reforzó el proceso de consolidación cerebral, el proceso de hacer que esos objetos fueran más permanentes en la memoria".
La idea, según Yassa, es que fuera del laboratorio, se podría obtener el mismo beneficio del hábito de tomar cafeína.
"Le podría permitir recordar cosas (retener recuerdos) durante un periodo de tiempo más largo y con más precisión, incluso si se eliminan los otros beneficios de la cafeína, como la atención, el estado de alerta y el de vigilancia", señaló Yassa.
El Dr. David Knopman, profesor de neurología de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, comentó que los resultados son interesantes desde una perspectiva farmacológica. "Tomada al pie de la letra, es una investigación interesante", dijo Knopman. "Plantea algunas preguntas sobre lo que interviene en el aprendizaje y cómo algunas drogas podrían reforzar la capacidad de aprender de las personas normales".
Pero Knopman dijo que no cree que los hallazgos tengan ningún significado práctico para las personas con pérdida de memoria debida al Alzheimer.
Yassa, que también estudia el envejecimiento y el Alzheimer, afirmó que se necesita más investigación para averiguar por qué la cafeína podría reforzar la memoria.
Sin embargo, el estudio no demostró realmente que la cafeína mejore la memoria.
Una limitación del estudio es que los participantes sabían que estaban participando en una investigación sobre la cafeína, indicaron los investigadores.
En Estados Unidos, el 80 por ciento de los adultos consumen cafeína cada día, según la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU.
FUENTES: Michael Yassa, Ph.D., assistant professor, neurobiology and behavior, University of California, Irvine, formerly of Johns Hopkins University, Baltimore, Md.; David Knopman, M.D., professor, neurology, Mayo Clinic, Rochester, Minn.; Jan. 12, 2014,Nature Neuroscience, online
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