El diente de león es una planta con flor que crece todo el año. Mide unos cuarenta centímetros de alto y es también conocida como achicoria amarga. Todos hemos visto alguna vez sus semillas flotando por el aire a las que llamamos panaderos, y la planta es muy fácil de encontrar al costado de los caminos, pastizales, terrenos baldíos o praderas.
Ya en el siglo XVI se recomendaba su uso como astringente y antidiarreico, para el dolor estomacal y para favorecer la menstruación.
Es una planta que induce a la producción de orina, por lo que es ideal para tratar enfermedades donde se necesite eliminar toxinas y agua como la diabetes, urticarias, colesterol alto, hepatitis, etc. Preparar una infusión de cien gramos de raíces por litro y medio de agua. Tres tazas diarias.
Dada la gran cantidad de hierro que tiene sus hojas es indicado para la anemia: Infusión de la planta seca, tomar tres tazas por día.
Es utilizada también para cicatrizar heridas y afecciones de la piel así como para varices y hemorroides como calmante y relajante. Baños locales con la planta entera hervida. Para el estreñimiento actúa como un laxante suave: cinco gramos de extracto fluido por día.
Pero no solamente se conoce al diente de león por sus propiedades medicinales, también se come diariamente en ensaladas. Resulta un alimento muy nutritivo por su riqueza en hierro, vitamina C y minerales y por su sabor ligeramente amargo es ideal para combinar con otras hortalizas.
Sería muy bueno poder incorporar esta planta al grupo de vegetales comestibles y que sea comercializada para su consumo masivo para así poder disfrutar de los beneficios que nos brinda, no solamente por sus efectos medicinales sino porque es una excelente forma de prevenir enfermedades y de estar mas saludables.
Fuentes
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