Las mujeres con cáncer de mama que toman antioxidantes tendrían un aumento o descenso del riesgo de morir o volver a desarrollar un tumor, según la vitamina que utilicen. Un equipo halló que en un grupo de 2.300 mujeres con el cáncer en estadio inicial, las usuarias de vitaminas C o E tenían menos riesgo que el resto de volver a desarrollar un tumor en cinco años.
Por otro lado, las mujeres que consumían una mezcla de carotenoides tenían más riesgo de morir por la enfermedad, u otra causa, que las que no lo hacían. Los carotenoides incluyen nutrientes como la vitamina A, el betacaroteno y la luteína.
Los resultados publicados en la revista Cancer no prueban que los antioxidantes causen los efectos observados. Pero sí se suman a la lista de riesgos que implicaría el uso de altas dosis de carotenoides, según opinó la autora principal, Heather Greenlee, profesora asistente de epidemiología de la Columbia University. "El estudio se suma a las pruebas de que consumir suplementos con altas dosis de carotenoides es peligroso. La población debería pensar bien antes de usarlos", indicó.
En cuanto a otros antioxidantes, Greenlee comentó que la Sociedad Estadounidense del Cáncer y el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer sostienen que no existe demasiada evidencia como para recomendar el uso de suplementos alimentarios para prevenir el cáncer o la recurrencia tumoral.
También existe preocupación sobre el uso de altas dosis de antioxidantes durante la quimioterapia o la radioterapia. Los antioxidantes protegen a las células del daño oxidativo. Los fármacos oncológicos y la radioterapia funcionan en parte generando ese daño. De modo que, en teoría, los antioxidantes en altas dosis podrían reducir la efectividad del tratamiento. Aun así, estudios demuestran que las mujeres con cáncer mamario suelen utilizar antioxidantes de algún tipo.
Los nuevos resultados surgen de cuestionarios e información de casos de 2.264 mujeres estadounidenses con cáncer de pecho en estadio inicial. El 81 por ciento dijo que había tomado por lo menos un suplemento con antioxidantes en los dos años posteriores al diagnóstico.
En los cinco años siguientes, las participantes que habían tomado suplementos de vitaminas C o E entre seis y siete días por semana tenían menos riesgo de volver a desarrollar cáncer. El 15 por ciento de las 540 usuarias de vitamina C tuvo un tumor recurrente, comparado con el 19 por ciento de las 1.072 mujeres que no la consumían. Algo similar ocurrió con la vitamina E.
Por otro lado, el riesgo de morir por el cáncer u otra causa aumentó en las consumidoras de cualquier combinación de carotenoides. El 18 por ciento de las 89 usuarias de carotenoides entre seis y siete días por semana, murió por cáncer mamario, comparado con menos del 7 por ciento de las mujeres que no consumían esos productos.
Según Greenlee, gran parte del beneficio asociado con las vitaminas C y E podría explicarse por "el sesgo del usuario saludable", es decir, las usuarias de suplementos alimentarios suelen tener hábitos saludables. Y, según opina el equipo, eso hace "todavía más sorprendente" la relación entre el aumento del riesgo de morir y el consumo de carotenoides.
Además de considerar que se necesitan más estudios al respecto, Greenlee señaló que lo más importante de este estudio es que "no debería asumirse que los suplementos con antioxidantes tienen el mismo mecanismo de acción, como es la idea generalizada (...) Contienen distintas moléculas, con distintos efectos".
Por otro lado, el equipo no halló evidencia de que la reaparición del cáncer mamario o la mortalidad estén asociadas con los antioxidantes de las multivitaminas, que contienen dosis más moderadas de cada nutriente.
Fuente
Cancer, online
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