La vacuna contra la gripe más usada en Estados Unidos es eficaz apenas alrededor del 60 por ciento del tiempo en los adultos sanos, indica una investigación reciente.
Se trata de la vacuna trivalente inactivada (VTI), que se usa en alrededor del 90 por ciento de las vacunaciones del país, según un informe que aparece en la edición del 25 de octubre de la revista The Lancet Infectious Diseases. La vacuna de virus atenuado de la influenza (VVAI), que es menos común, ofrece una protección de 83 por ciento en los niños de hasta siete años, pero no es recomendada para todos en ese grupo de edad.
Los hallazgos concuerdan con otras revisiones recientes, y no significan que las personas no deban ponerse la vacuna actual contra la gripe, señaló el Dr. Joseph Bresee, jefe de la rama de epidemiología y prevención de la división de influenza de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
"Los hallazgos no son tan inesperados, pero las vacunas contra la gripe funcionan. No siempre funcionan tan bien como desearíamos, [pero] la gripe es una enfermedad mala. Puede causar la muerte y la hospitalización, y la vacuna contra la gripe es absolutamente la mejor herramienta para evitarlo", comentó Bresee. "Aunque todos desearíamos que fueran mejores, siguen siendo lo mejor que tenemos".
Desde 2010, las autoridades de salud de EE. UU. han recomendado que todos los individuos se vacunen contra la gripe a partir de los seis meses de edad, ya sea con la vacuna tradicional (la vacuna inactivada) o con la vacuna contra la gripe en forma de aerosol nasal, que se hace con virus de la influenza vivos pero atenuados. El aerosol nasal solo está aprobado para las personas de dos a 49 años de edad.
La vacuna inactivada se ha usado desde 1978, y representa la mayor parte de todas las vacunas contra la gripe en Estados Unidos. Apenas alrededor del nueve por ciento de las vacunas se administran mediante la forma viva VVAI, que fue aprobada en 2003.
Uno de los motivos de que la vacuna viva no se use tanto a pesar de su mayor eficacia, es que solo está autorizada para las personas entre los 2 y los 49 años, y para los que no tienen afecciones de salud subyacentes de alto riesgo, explicó Bresee, lo que plantea ciertas limitaciones en su uso.
"Estoy seguro de que podrían haber otros motivos para su uso relativamente limitado, incluso entre las personas elegibles, pero se trata de una buena vacuna que induce una protección sólida en los que son elegibles para recibirla", aseguró.
El nuevo metaanálisis incluyó datos de 31 estudios previos sobre la vacuna contra la gripe, llevados a cabo en los últimos 40 años. Se mostró que la vacuna contra la gripe tenía una eficacia de 59 por ciento en los adultos entre los 18 y los 65 años de edad. No había ensayos sobre niños de 2 a 17 años ni sobre adultos a partir de los 65.
La vacuna para la gripe pandémica H1N1 tuvo una eficacia de 69 por ciento. Los autores del estudio señalaron que esto "no es adecuado para una pandemia".
"Es una situación clásica en que se pueden observar las ventajas o las desventajas", apuntó el Dr. John J. Treanor, profesor de medicina, microbiología e inmunología del Centro Médico de la Universidad de Rochester, en Nueva York. "Casi todos los estudios que observamos mostraron algún nivel de eficacia. Las vacunas contra la gripe definitivamente funcionan para prevenir la influenza. La discusión es sobre qué tan eficaces son". Pero el estudio "resalta la necesidad de unas mejores vacunas contra la gripe", enfatizó Bresee. Según Treanor, los científicos investigan varios métodos distintos para las vacunas.
Uno es usar una dosis más alta, y de hecho ya hay un producto disponible en el mercado para los adultos mayores, con una dosis mayor. La vacuna produce niveles superiores de anticuerpos, pero todavía no está claro si eso se traduce en una mejor protección contra la enfermedad, comentó Treanor.
Otra estrategia es producir unos adyuvantes, que son compuestos añadidos a las vacunas para mejorar su eficacia, más potentes.
Fuentes
Joseph Bresee, M.D., chief, epidemiology and prevention branch, influenza division, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; John J. Treanor, M.D., professor, medicine and of microbiology and immunology, University of Rochester Medical Center, New York; Oct. 25, 2011, The Lancet Infectious Diseases
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