jueves, 17 de noviembre de 2011

Beber alcohol y cáncer de mama

Beber alcohol podría ser particularmente arriesgado para las mujeres jóvenes que tienen antecedentes familiares sólidos de cáncer de mama, por ejemplo madres, abuelas o tías con la enfermedad, sugiere un estudio reciente.

Investigadores de la Facultad de medicina de la Universidad de Washington en San Luis examinaron datos sobre más de 9,000 niñas, todas hijas de enfermeras, entre 1996 (cuando tenían de 9 a 15 años de edad) y 2007. Se enfocaron en 67 participantes que fueron diagnosticadas entre los 18 y los 27 años de edad con enfermedad benigna de la mama, una clase que incluye a numerosas afecciones, que puede provocar bultos o dolor en los senos y que puede ser un factor de riesgo del cáncer de mama.

Los investigadores hallaron que las mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de mama o enfermedad de mama eran más o menos el doble de propensas a desarrollar enfermedad benigna de la mama y cáncer de mama que las mujeres sin antecedentes familiares de la enfermedad.

El riesgo de enfermedad benigna de la mama aumentó junto con la cantidad de alcohol que las jóvenes consumían, según el estudio. En las mujeres jóvenes sin antecedentes familiares de enfermedad de la mama, el consumo de alcohol no se asoció con mayores probabilidades de enfermedad benigna de la mama.

Es posible que las mujeres jóvenes que son especialmente propensas a desarrollar cáncer de mama puedan reducir el riesgo de enfermedad benigna de la mama evitando el alcohol, apuntaron los investigadores en un comunicado de prensa de la universidad. "La pregunta más común que escuchamos de las mujeres con antecedentes familiares de enfermedad de la mama es cómo pueden prevenir el cáncer de mama en sus hijas", señaló el Dr. Graham Coldtiz, autor principal del estudio y profesor de cirugía. "Esto apunta a una estrategia para reducir el riesgo, o evitar aumentarlo, limitando la ingesta de alcohol".

Pero la Dra. Anees Chagpar, directora del Centro del Seno del Hospital Oncológico Smilow en Yale-New Haven, cuestionó los hallazgos, anotando que el número de participantes diagnosticadas con enfermedad benigna de la mama es pequeño y que la falta de las biopsias requeridas dificulta saber si muchas otras mujeres del estudio también tenían la afección.

"La enfermedad benigna de la mama es un espectro de cambios, desde sencillos cambios quísticos y fibroquísticos, que no aumentan significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de mama, hasta hiperplasia ductal atípica y carcinoma lobular in situ, que aunque no son premalignos ni francamente cancerosos, conllevan un aumento significativo en el riesgo", apuntó Chagpar.

"Muchas mujeres experimentan cambio fibroquístico, y nos hemos dado cuenta de que es realmente muy ubicuo y parte del espectro de lo 'normal'", aseguró. "Las pacientes con esos quistes sencillos deben sentirse tranquilas, y aunque la vigilancia en términos de la exploración siempre es aconsejable, también deben saber que esto no aumenta el riesgo de cáncer".

Sin embargo, en el panorama general, "sabemos que el alcohol aumenta el riesgo de cáncer de mama", apuntó. Planteó que la pregunta es si lo hace al aumentar el riesgo de enfermedad benigna del seno.
"Sí creo que los individuos en riesgo deben ejercer moderación en la ingesta de alcohol, dado que se sabe que un exceso de alcohol aumenta el riesgo de cáncer de mama", comentó.

Un estudio que aparece en la edición del 2 de noviembre de la revista Journal of the American Medical Association halló que incluso tres bebidas alcohólicas al mes se asociaban con un ligero aumento en el riesgo de cáncer de mama.

En ese estudio, que observó datos de 106,000 mujeres, las que bebían un equivalente a entre tres y seis copas de vino tenían 15 por ciento más probabilidades de desarrollar cáncer de mama que las mujeres que nunca o raras veces bebían. Las mujeres que consumían mucho más alcohol, o sea unas dos copas de vino o su equivalente en cerveza o licor al día, tenían 51 por ciento más probabilidades de ser diagnosticadas con cáncer de mama en las tres décadas de seguimiento.

Fuentes
Anees Chagpar, M.D., M.P.H., director, The Breast Center at Smilow Cancer Hospital at Yale-New Haven, and associate professor, department of surgery, Yale School of Medicine, New Haven, Conn.; Nov. 14, 2011, Washington University School of Medicine news release.

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