La exposición a ciertos tipos de contaminación atmosférica se asocia con un mayor riesgo de la dolorosa enfermedad articular conocida como artritis reumatoide, sugiere una investigación reciente. El vínculo más firme se vio con el dióxido de sulfuro, uno de los seis contaminantes atmosféricos más comunes en EE. UU., según los hallazgos de dos estudios que serán presentados el miércoles en la reunión anual del Colegio Estadounidense de Reumatología (American College of Rheumatology), en Chicago.
En los estudios, los investigadores observaron a 2,092 pacientes de artritis reumatoide y a más de 93,000 personas que no sufrían de la enfermedad en Estados Unidos y Suecia, y usaron las direcciones de sus domicilios para calcular la exposición a largo plazo a varios contaminantes atmosféricos comunes, tanto gaseosos (por ejemplo, el monóxido de carbono, el dióxido de sulfuro y el dióxido de nitrógeno) y particulados (como el hollín y el polvo).
No hubo evidencia de un mayor riesgo de artritis reumatoide en asociación con la contaminación atmosférica particulada. Pero una exposición creciente al dióxido de sulfuro y a los óxidos de nitrógeno en los diez y veinte años antes del inicio de la artritis reumatoide se asoció con un mayor riesgo de la enfermedad entre los participantes suecos, hallaron los investigadores.
Unas exposiciones bajas, medianas y altas al dióxido de sulfuro, al dióxido de nitrógeno y al óxido de nitrógeno se asociaron con aumentos de hasta 7, 11 y 7 por ciento en el riesgo de artritis reumatoide, respectivamente, según el estudio sueco.
Esos aumentos en el riesgo de artritis reumatoide fueron mayores en las personas con una educación inferior a la universitaria que entre aquellas que tenían al menos una educación universitaria. Los niveles educativos son una medida del estatus socioeconómico.
Las personas "con un estatus socioeconómico más bajo son más propensas a vivir en casas donde la contaminación atmosférica se cuela del exterior, o quizás tengan otros factores como el estado general de salud que los hagan más susceptibles al efecto de la contaminación atmosférica", señaló en un comunicado de prensa del Colegio Estadounidense de Reumatología el Dr. Jaime Hart, profesor de medicina del Hospital Brigham and Women's, en Boston.
Hart fue el investigador líder del estudio de EE. UU., y presentará los hallazgos estadounidenses y suecos en la reunión.
El estudio de EE. UU. halló que solo la exposición al dióxido de sulfuro se asociaba con aumentos modestos en el riesgo de artritis reumatoide. Las personas con una alta exposición al dióxido de sulfuro experimentaban un aumento de cinco por ciento en el riesgo de artritis reumatoide, frente a los que tenían una exposición baja.
Pero Hart anotó que los participantes de EE. UU. eran parte del Estudio de salud de las enfermeras, lo que significa que quizás tenían un estatus socioeconómico en general más alto que los participantes suecos.
Los datos y conclusiones de estudios presentados en reuniones médicas deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Alrededor de 1.3 millones de estadounidenses sufren de artritis reumatoide, que por lo general afecta a dos veces más mujeres que hombres. Investigaciones anteriores han sugerido una conexión entre los factores ambientales y la artritis reumatoide.
Fuente
American College of Rheumatology
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