jueves, 3 de noviembre de 2011

Las Células Madres como solución a la Inmunodeficiencia

El trasplante alogénico de células madre (TACM) puede reducir y hasta curar la inmunodeficiencia común variable (ICV).


El equipo del doctor Hans-Hartmut Peter, del Centro Médico de la Universidad de Freiburg, en Alemania, indica en The Journal of Allergy and Clinical Immunology que siempre se consideró que la ICV se puede tratar, pero no curar.

El tratamiento incluye el reemplazo de inmunoglobulina G, el uso de productos sanguíneos e inmunosupresores para controlar la linfoproliferación, la autoinmunidad o la enfermedad granulomatosa. El equipo utilizó TACM acondicionado de intensidad reducida para tratar a dos adultos con ICV potencialmente fatal y dos con ICV e insuficiencia renal inminente.

Uno de los pacientes con un compromiso pulmonar e intestinal grave murió a los tres meses del tratamiento. Los tres restantes sobrevivieron siete años, según resumió Peter. El paciente que falleció tenía esplenomegalia con citopenia, infecciones graves y diarrea crónica, además de varias lesiones similares al sarcoide en los pulmones, el bazo y el hígado. A los tres meses del trasplante, falleció por una neumonía hemorrágica.

Pero en otro paciente, el TACM proporcionó una supervivencia prolongada sin enfermedad ni linfoma ni rechazo a las células trasplantadas. Todas las consecuencias asociadas con el TACM se solucionaron, incluida la hipogammaglobulinemia, la linfadenopatía, la esplenomegalia y la citopenia. El único problema que se mantuvo fue una deficiencia selectiva de la IgA residual y asintomática.

En el tercer paciente, el TACM logró el objetivo primario del estudio: curar el síndrome linfocítico granular y la anemia asociada. Aun así, no mejoró la ICV y el paciente continuó con hipogammaglobulinemia y vulnerabilidad a las infecciones. Y, por último, la TACM detuvo el deterioro permanente de la función pulmonar del cuarto paciente y permitió reducir la dosis diaria de esteroides de 15 a 3,5 mg/día. El trasplante también normalizó los niveles de IgM y de IgA del paciente. Junto con el paciente anterior, habían recibido sin éxito un tratamiento previo con fármacos inmunosupresores.

El equipo concluye que "en cada caso es necesario analizar con cuidado la relación riesgo-beneficio". Y escribe: "Los pacientes con complicaciones potencialmente fatales de la ICV que no responden a las terapias convencionales deberían poder recibir información sobre los riesgos y los beneficios del TACM directamente de un equipo con experiencia en trasplantes".

En resumen, Peter señaló que "un paciente se curó y dos mejoraron significativamente, aunque todavía dependen del uso regular de la terapia de reemplazo con Ig intravenosa. La importancia del estudio está en que aporta evidencia de que la ICV se puede curar en algunos pacientes, dijo el autor.

"Todavía queda por responder cómo debería seleccionarse a esos pacientes y los donantes, cuáles son los factores que permiten predecir el riesgo y la oportunidad del TACM. Se necesita trabajar más para que el TACM pueda llegar a ser una opción terapéutica para la ICV", finalizó.


Fuente
The Journal of Allergy and Clinical Immunology

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas noches

Soy una chica de 25 años y tengo vitíligo desde los 8 más o menos. He leído que las infusiones de semillas de psoralea coryfolia ayudan a combatir esta enfermedad.
¿Dónde podría comprarlas?

Muchas gracias por vuestra ayuda.

Un saludo

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