Crece la preocupación de especialistas y científicos porque en los países mediterráneos se está haciendo a un lado la dieta característica de la región por el consumo de carnes rojas y pan hecho de manera industrializada, dando más grasas saturadas al organismo.
Mercedes Sotos Prieto, investigadora de la Universidad de Valencia y autora líder del estudio "Prevención con dieta mediterránea", señala que "el consumo de carne roja en esta población alcanza una media de una vez al día y resulta elevado en comparación con recomendaciones alimentarias".
Los resultados de la investigación, que se publicaron en la revista Nutrición Hospitalaria, muestra que en la población de países mediterráneos hay una ingesta elevada de carne roja y pescado.
En el estudio participaron 945 personas (340 hombres y 605 mujeres) entre 55 y 80 años y con alto riesgo cardiovascular.
Mientras que la carne roja se asocia con un mayor riesgo cardiovascular, hipertensión, diabetes y un moderado incremente de mortalidad por cáncer y enfermedad cardiovascular; el consumo elevado de pescado, incluido en la dieta mediterránea, se relaciona con un menor riesgo de diabetes y tiene efectos cardiosaludables.
Aunque advierten que su estudio fue transversal, los especialistas explican que son varias las investigaciones que han demostrado que el consumo de pescado blanco y azul se asocia con un menor riesgo de diabetes tipo 2.
Una de las hipótesis señala que el aumento de los omega 3 en las células del músculo esquelético mejora la sensibilidad a la insulina.
Mercedes Sotos Prieto y el grupo de investigadores con que trabajo, advierte sobre la necesidad de reforzar la educación alimentaria y disminuir el consumo de carne roja y mantener la ingesta de pescado.
Mercedes Sotos Prieto, investigadora de la Universidad de Valencia y autora líder del estudio "Prevención con dieta mediterránea", señala que "el consumo de carne roja en esta población alcanza una media de una vez al día y resulta elevado en comparación con recomendaciones alimentarias".
Los resultados de la investigación, que se publicaron en la revista Nutrición Hospitalaria, muestra que en la población de países mediterráneos hay una ingesta elevada de carne roja y pescado.
En el estudio participaron 945 personas (340 hombres y 605 mujeres) entre 55 y 80 años y con alto riesgo cardiovascular.
Mientras que la carne roja se asocia con un mayor riesgo cardiovascular, hipertensión, diabetes y un moderado incremente de mortalidad por cáncer y enfermedad cardiovascular; el consumo elevado de pescado, incluido en la dieta mediterránea, se relaciona con un menor riesgo de diabetes y tiene efectos cardiosaludables.
Aunque advierten que su estudio fue transversal, los especialistas explican que son varias las investigaciones que han demostrado que el consumo de pescado blanco y azul se asocia con un menor riesgo de diabetes tipo 2.
Una de las hipótesis señala que el aumento de los omega 3 en las células del músculo esquelético mejora la sensibilidad a la insulina.
Mercedes Sotos Prieto y el grupo de investigadores con que trabajo, advierte sobre la necesidad de reforzar la educación alimentaria y disminuir el consumo de carne roja y mantener la ingesta de pescado.
Fuente
ABC.es
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