Aunque existe la idea de que el estrés excesivo puede causar un accidente cerebrovascular (ACV), un nuevo estudio no halló evidencias de que las experiencias estresantes potencien el riesgo de sufrir un tipo mortal de ACV.
El estudio, publicado en Stroke, analizó la relación entre el estrés y el riesgo de sufrir una hemorragia subaracnoidea, que ocurre cuando la rotura de un vaso causa un sangrado en el espacio que rodea el cerebro. Hasta la mitad de los casos son fatales. Es frecuente que la gente le atribuya al estrés los problemas repentinos de salud, como un ACV, indicó el doctor Craig S. Anderson, del Instituto de Salud Internacional George y la University of Sydney, en Australia.
En el caso de una hemorragia subaracnoidea, dijo a Reuters Health, es posible que un aumento súbito de la presión produzca una ruptura en un aneurisma, que es una zona debilitada en la pared de una arteria. A veces, esa hemorragia ocurre por un esfuerzo repentino, como durante el ejercicio o las relaciones sexuales, explicó Anderson. Pero se desconoce si las experiencias estresantes elevan el riesgo de sufrir de un ACV.
El equipo de Anderson entrevistó a 388 sobrevivientes de hemorragias subaracnoideas sobre vivencias estresantes que habían sufrido entre un mes y un año antes del ACV. La encuesta se concentró en 12 tipos de situaciones, como la muerte de un familiar o amigo, la pérdida del trabajo o haber sufrido un delito. Luego, el equipo comparó las respuestas con las de un grupo de control de 473 personas de la misma edad, que nunca habían sufrido una hemorragia subaracnoidea. Y la mayoría de las situaciones no tuvo relación con el riesgo de sufrir la hemorragia.
Pero al analizar las experiencias del mes previo, dos tipos de estresores -los problemas financieros o legales y la categoría "otros eventos importantes"- sí estuvieron relacionados con un riesgo elevado. El 10 por ciento de los sobrevivientes dijo haber tenido un problema financiero o legal el mes previo a la hemorragia, a diferencia del 4 por ciento del grupo de control.
Pero al considerar factores como la hipertensión, el tabaquismo y el consumo de alcohol, la relación entre esos dos estresores y la hemorragia fue sólo "marginalmente" significativa. Hubo también una asociación entre la aparición de una hemorragia subaracnoidea y haber sido víctima de un delito el año previo (4 por ciento de los sobrevivientes y 1 por ciento del grupo control).
Por otro lado, el riesgo de sufrir la hemorragia disminuyó en quienes habían tenido un familiar o un amigo muy enfermo o que había sufrido un accidente el año previo.
Por otro lado, el riesgo de sufrir la hemorragia disminuyó en quienes habían tenido un familiar o un amigo muy enfermo o que había sufrido un accidente el año previo.
Eso, según el equipo, se debe a que el estudio analizó 12 tipos de experiencias, las pocas que estuvieron débilmente asociadas con el riesgo de sufrir la hemorragia lo estuvieron sólo por azar.
El estrés, dijo Anderson, es muy difícil de medir para los investigadores. El estudio usó un enfoque que consiste en analizar las tasas de los principales eventos que suelen causar estrés psicológico. Pero se desconocen las respuestas individuales reales a esas situaciones. Aun así, "podemos decir que 'las experiencias estresantes' no son un factor de riesgo importante de la hemorragia subaracnoidea".
El estrés, dijo Anderson, es muy difícil de medir para los investigadores. El estudio usó un enfoque que consiste en analizar las tasas de los principales eventos que suelen causar estrés psicológico. Pero se desconocen las respuestas individuales reales a esas situaciones. Aun así, "podemos decir que 'las experiencias estresantes' no son un factor de riesgo importante de la hemorragia subaracnoidea".
Para prevenirla, recomendó que la gente se concentre en evitar o tratar los factores de riesgo ya conocidos de la hemorragia cerebral, que son el tabaquismo y la hipertensión.
Fuente
Stroke, online
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