El efecto en la tensión arterial que provocan algunos fármacos analgésicos como la aspirina u otros antiinflamatorios de uso común, como ibuprofeno, diclofenaco o paracetamol, es un aspecto que no se debe menospreciar. Sobre todo, deben conocer sus consecuencias quienes padecen dolor crónico y/o necesitan calmantes de forma habitual, pero también las personas sanas, debido al uso común de estos medicamentos en los hogares, y quienes tienen problemas cardiovasculares, puesto que un ligero aumento en las cifras de presión arterial es, en muchos casos, un agravante para complicaciones mayores.
Los analgésicos son algunos de los fármacos más consumidos en todo el mundo. Por este motivo, debe darse valor a cualquiera de sus posibles efectos secundarios. Varios estudios apuntan que el uso frecuente de estos medicamentos influiría de forma negativa en la hipertensión arterial (HTA). Por ello, dada su amplia distribución y el hecho de que la HTA es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, esta correlación es de gran relevancia.
El macroestudio SUN (Seguimiento Universidad de Navarra), realizado para determinar esta relación con la hipertensión arterial (HTA), concluye que la ingesta de aspirina y otros analgésicos durante dos o más días por semana conlleva un mayor riesgo de hipertensión. En él, han participado de forma conjunta la Universidad de Navarra, la Universidad de Harvard y la Universidad de Minnesota (EE.UU.).
Las conclusiones de los expertos apuntan una relación entre la hipertensión y el consumo de aspirina, aunque este medicamento se tome sólo dos veces por semana. Los otros analgésicos dieron resultados muy parecidos, de la misma manera que quienes tomaban aspirina y otros analgésicos de forma simultánea tuvieron una evolución similar. Con independencia de otros factores de riesgo, los expertos defienden la relación entre la HTA y el consumo habitual de aspirina y otros analgésicos. No obstante, advierten de que se necesita más investigación para obtener unos resultados más sólidos y concluyentes.
Muy importante
El mecanismo fisiológico que explica el aumento de la tensión arterial como consecuencia del consumo de AAS y AINES (analgésicos antiinflamatorios no esteroideos, como ibuprofeno, diclofenaco, paracetamol o indometacina, entre otros) está bien definido. Ambos actúan en la zona renal y disminuyen el flujo plasmático en el riñón, es decir, la cantidad de plasma que atraviesa los riñones y que, en un adulto normal, ronda 600 ml por minuto.
Por este motivo, disminuye el filtrado en el glomérulo (capilares renales donde se filtra la sangre y se elabora la orina) y aumenta la reabsorción de sodio, lo que provoca la retención de sal y el incremento de la tensión arterial. Por otro lado, estos fármacos también tienen un efecto vasoconstrictor ya que promueven la síntes y endotelina 1, dos proteínas con funciones vasoconstrictoras.
Fuente
Consumer eroski
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