viernes, 17 de septiembre de 2010

Diagnóstico precoz de la Enfermedad de Alzheimer

Una nueva investigación sugiere que biomarcadores en la sangre podrían ayudar a diagnosticar la enfermedad de Alzheimer antes de que avance y abrirían potencialmente la puerta a mejores tratamientos. Aunque en estos momentos no existen tratamientos que puedan frenar o retrasar la aparición de esta enfermedad, la esperanza es que tener la capacidad de detectar la enfermedad de Alzheimer antes podría aportar pistas sobre qué medicamentos podrían evitar el empeoramiento de la enfermedad, señalaron los autores del estudio.

"Hasta ahora, la mayoría de las investigaciones se han realizado entre los que ya tienen la enfermedad de Alzheimer", dijo el autor del estudio Sid O'Bryant, director de investigación del Instituto de Desarrollo Rural y Salud Comunitaria F. Marie Hall del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica de Texas. "Necesitamos poder identificar a los que están en mayor riesgo".
En el estudio, los investigadores analizaron 100 biomarcadores en el suero sanguíneo de 197 pacientes de Alzheimer y 203 personas que no padecían la enfermedad. A los participantes se les asignó una "puntuación de riesgo" en función de los niveles de varios biomarcadores, como la proteína C-reactiva y la interleucina 10, que se han relacionado con la inflamación. Cerca de 22 de 100 biomarcadores resultaron ser los más significativos, de acuerdo con el estudio.

La puntuación de riesgo de los biomarcadores identificó con exactitud al 80 por ciento de los que tenían enfermedad de Alzheimer. Cuando se incluyeron factores de riesgo del alzhéimer como la edad, el sexo, la educación y la información genética, la precisión de la prueba fue de 94 por ciento.

De forma inversa, la puntuación de riesgo de los marcadores biológicos identificó con precisión a los que no tenían la enfermedad el 91 por ciento de las veces. Cuando se incluyeron otros factores de riesgo del alzhéimer en la puntuación, la precisión fue de 84 por ciento.

El estudio es prometedor pero tiene limitaciones, dijo el Dr. Ralph Nixon, director del Centro de Excelencia sobre Envejecimiento Cerebral de la Universidad de Nueva York (NYU). Las personas que participaron en el estudio ya tenían la enfermedad de Alzheimer, por lo que se necesitan más investigaciones para determinar si la prueba es lo suficientemente sensible y específica para usar en personas que presentan síntomas como deterioro cognitivo leve, un factor de riesgo del alzhéimer.

El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se hace normalmente a través de un examen clínico con un neurólogo. Se realizan pruebas de neuroimagen para descartar otras enfermedades que causan deterioro mental, como accidentes cerebrovasculares o tumores cerebrales, señaló Nixon.

Otros métodos incluyen la punción lumbar o IRM especializada que pueden detectar proteínas amiloides, aunque por lo general no están disponibles fuera de los grandes hospitales metropolitanos o como parte de estudios médicos, señaló O'Bryant. "El verdadero escollo importante en el campo no es tanto la detección de la enfermedad de Alzheimer, lo cual podemos hacer bastante bien una vez que la enfermedad ha progresado, sino detectar los primeros signos de la enfermedad o ser capaces de distinguir el deterioro sutil de la memoria que tiene que ver con la enfermedad Alzheimer de otras causas de deterioro leve de la memoria", señaló Nixon.

Actualmente, varios medicamentos pueden ayudar a tratar los síntomas de pérdida de memoria, pero ninguno trata las causas subyacentes de la enfermedad, apuntó Nixon. "El propósito de los biomarcadores es encontrar la forma de identificar estos cambios que pueden ocurrir en una etapa muy temprana, de modo que podamos cortar de raíz la enfermedad antes de que avance demasiado en el cerebro, cuando es muy difícil que un medicamento logre revertirla", explicó Nixon.

Los investigadores desarrollaron la prueba de sangre conjuntamente con Rules-Based Medicine en Austin, Texas. Se ha solicitado la patente, señaló O'Bryant. En un segundo estudio que aparece en la misma revista, investigadores del Sistema de Salud de la Universidad de Virginia realizaron un ensayo de 18 meses para probar la seguridad de la pioglitazona (Actos), un medicamento contra la diabetes, en pacientes de alzhéimer. Aunque el medicamento no mejoró los síntomas de alzhéimer, hubo pocos efectos secundarios, de acuerdo con el estudio.

Los investigadores enfatizaron que en el ensayo participaron sólo 25 pacientes y que se diseño para evaluar únicamente la seguridad, pero no la eficacia. El siguiente paso será realizar ensayos más grandes para probar la eficacia. "Hay muchos datos preclínicos alentadores de que las vías y los mecanismos a los que este medicamento podría dirigirse son altamente relevantes para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer", dijo Nixon, que no participó en la investigación. "Hay una razón muy fuerte para estudiar medicamentos con este tipo de acción".

El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud y el Instituto Nacional del Envejecimiento.

Fuentes
Sid O'Bryant, Ph.D., director, research, Rural Institute at Texas Tech University Health Sciences Center, Lubbock, Texas; Ralph Nixon, M.D., Ph.D., professor, departments of psychiatry and cell biology, NYU Langone Medical Center, and director, NYU Center of Excellence on Brain Aging, New York City

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