Una nueva investigación sugiere que los corazones rotos parecen desencadenar una actividad en el cerebro similar a la de sufrir un dolor físico. "Lo que nos dice qué tan grave puede ser el rechazo algunas veces", apuntó el autor del estudio Edward E. Smith, director de neurociencia cognitiva en la Universidad de Columbia. "Cuando la gente dice que realmente siente dolor por una separación, no lo trivialice ni le reste importancia diciendo que todo está en su mente".
El hallazgo podría conducir a una mejor comprensión de la relación entre el dolor emocional y físico, apuntó Smith. "Nuestro objetivo final es ver qué tipo de enfoque terapéutico podría ser útil para aliviar el dolor del rechazo".
Una investigación anterior demostró una relación entre lo que Smith llama "dolor inducido socialmente", el tipo que se sufre cuando se trata con otras personas, y el dolor físico. Para el nuevo estudio, Smith y sus colegas analizaron específicamente el rechazo. "De todas las experiencias de la vida diaria, el rechazo parece ser una de las más dolorosas", apuntó Smith. "Parece que los sentimientos de rechazo se mantienen durante más tiempo que el enojo".
¿Y dónde se pueden encontrar personas rechazadas?
En la ciudad de Nueva York, desde luego, donde cientos e incluso miles de relaciones finalizan cada día. Los investigadores pusieron anuncios por Internet y en periódicos para buscar a personas cuya pareja romántica había cortado con ellas. En todos los casos, no habían querido que se rompiera la relación.
Resultaron cuarenta personas que se sentían "profundamente rechazadas" participando en el estudio. Mientras los investigadores escaneaban sus cerebros, se pidió a los participantes que vieran fotografías, incluidas fotos de sus amigos (y se les pidió que tuvieran pensamientos positivos sobre ellos), y fotografías de sus ex novios/as (y se les instruyó para que pensaran en la ruptura).
Los participantes también se sometieron a escáneres cerebrales mientras sentían un dolor en los antebrazos similar a la sensación de sostener una taza de café caliente. Los hallazgos aparecen en la edición en línea de esta semana de Proceedings of the National Academy of Sciences.
Varias de las mismas áreas del cerebro se activaron cuando los participantes sentían dolor físico o emocional. De hecho, los dos tipos de dolor parecían compartir más regiones del cerebro de lo que se creía previamente, apuntó Smith.
¿Y qué pasa con otros tipos de dolor emocional? ¿Tienen el mismo efecto sobre el cerebro? Quizás no. Smith apuntó que el rechazo parece pertenecer a una clase de dolor por sí mismo en términos de su similitud con el dolor físico.
Las investigaciones futuras podrían examinar cómo el dolor emocional por el rechazo afecta la forma en que las personas sienten un dolor físico, señaló Robert C. Coghill, profesor asociado en el departamento de neurobiología y anatomía de la Facultad de medicina de la Universidad de Wake Forest. ¿Las personas rechazadas sienten más dolor que otras? ¿Qué pasa después de que se les recuerda su rechazo al mirar fotografías? Por ahora algo está claro, con o si escáner cerebral, el rechazo duele.
Fuentes
Edward E. Smith, Ph.D., director, cognitive neuroscience, Columbia University, New York City; Robert C. Coghill, Ph.D., associate professor, department of neurobiology and anatomy, Wake Forest University School of Medicine, Winston-Salem, N.C.; March 28-April 1, 2011, Proceedings of the National Academy of Sciences
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