viernes, 20 de junio de 2008

Síndrome de Down: La alimentación en el niño

El síndrome de Down o Trisomía 21, es una anomalía en los cromosomas que ocurre en 1.3 de cada 1000 nacimientos. Por motivos que aún se desconocen, un error en el desarrollo de la célula lleva a que se formen 47 cromosomas en lugar de los 46 que se forman normalmente. El material genético en exceso cambia levemente el desarrollo regular del cuerpo y el cerebro. Es uno de los defectos de nacimiento genéticos más comunes. Afecta a todas las razas y a todos los niveles económicos por igual. No existe cura para el Síndrome de Down y tampoco es posible prevenirlo. En ningún caso el S.D. puede atribuirse a algo que hicieron o dejaron de hacer los padres.

Situaciones que se pueden presentar

Entre el 30 y el 50 por ciento de los bebés con síndrome de Down tienen defectos cardíacos. Algunos defectos son de poca importancia y pueden ser tratados con medicamentos, pero hay otros para los que se requiere cirugía. Todos los bebés con síndrome de Down deben ser examinados por un cardiólogo pediátrico, un médico que se especializa en las enfermedades del corazón de los niños, y ser sometidos a un ecocardiograma durante los 2 primeros meses de vida para permitir el tratamiento de cualquier defecto cardíaco que puedan tener.

Entre el 10 y el 12 por ciento de los bebés con síndrome de Down nacen con malformaciones intestinales que requieren ser corregidas quirúrgicamente. Más del 50 por ciento tienen alguna deficiencia visual o auditiva. Entre los problemas visuales más comunes se encuentran el estrabismo, la miopía, la hipermetropía y las cataratas. La mayoría de los casos pueden ser tratados con anteojos, con cirugía o mediante otros métodos. Se debe consultar a un oftalmólogo pediátrico durante el primer año de vida del niño.

Los niños con síndrome de Down pueden tener deficiencias auditivas por causa de la presencia de líquido en el oído medio, de un defecto nervioso o de ambas cosas. Todos los niños con síndrome de Down deben ser sometidos a exámenes de visión y audición de forma regular para permitir el tratamiento de cualquier problema y evitar problemas en el desarrollo del habla y de otras destrezas. Los niños con síndrome de Down tienen mayores probabilidades de sufrir problemas de tiroides y leucemia. Hay que tener muy presente en tratar el hipotiroidismo si se detecta en el niño. Si se presentara y no es tratado puede provocar retardo mental. También tienden a resfriarse mucho y a contraer bronquitis y neumonía. Los niños con este trastorno deben recibir cuidados médicos regulares, incluyendo las vacunaciones de la niñez.

Alimentación

Los problemas de alimentación son muy comunes en bebés con S.D., posiblemente debido a la hipotonía de los músculos bucofaciales y a la estructura pequeña de la boca. La ubicación de las piezas dentarias también no se encuentran del todo bien. Sin embargo, éste no debe ser motivo para evitar que este proceso no siga el camino evolutivo adecuado. La lactancia materna es la principal alimentación que deberá experimentar el niño hasta los 2 años. Despues de los 6 primeros meses la alimentación será mixta y hay que tener mucha paciencia en este periodo. Existen biberones con tetinas especiales si la madre no puede darle de lactar al menor. La primera dificultad con la que nos encontramos en la alimentación de los pequeños, es el proceso de adaptación de los alimentos triturados o semitriturados a los alimentos sólidos. Estos pasos han de ser muy graduales, pero hay que llevarlos a cabo aunque el bebé se muestre reacio ya que es la mejor manera de combatir la hipotonía y de que sus músculos bucofaciales se acostumbren a trabajar. Los pasos a seguir son:

1) Alimentos pasados por la batidora.
2) Después por el pasapurés.
3) Alimentos aplastados con el tenedor.
4) Pequeños trozos sólidos de comida.

La dieta de un niño con Síndrome de Down debería avanzar de acuerdo con la previsión normal para los grupos alimenticios. Sin embargo, la tardía erupción dentaria podría retrasar la introducción de los alimentos sólidos. Se debe recordar a los padres que es necesario un alto grado de paciencia para enseñar a comer con cuchara o a beber de un vaso a un niño con Síndrome de Down.

Muchos niños que padecen el Síndrome de Down poseen baja estatura y es frecuente que sus padres los estimulen a tomar alimentos concentrados durante el periodo de crecimiento, y no pocos después, en la adolescencia, tiene graves problemas de exceso de peso. Dejando a parte la desventaja social que crea un aspecto físico carente de atractivo, el niño que padece exceso de peso resiste peor las afecciones y se hace indolente e inactivo. La obesidad provoca además otras enfermedades asociadas como problemas cardiovasculares, cáncer, hipertensión, alteraciones en la piel, etc. Es muy importante su control y una correcta alimentación, siempre asociada a actividad física, para que la salud del pequeño se vea afectada lo menos posible, por posibles alteraciones, que debido a su patología pueda tener.

Sugerencias

Se le ha de concienciar para que coma más vegetales, fruta, leche y derivados, y fibra, y menos bollería industrial, dulces y golosinas. Uno de los eslóganes de la Agencia Alimentaria es "Come sano y muévete" y con ello se aconseja también a los niños con Síndrome de Down que eviten el sedentarismo, que anden, paseen, hagan alguna actividad física (dentro de sus limitaciones y especificidades particulares), etc. Alimentación y ejercicio siempre van de la mano para una mejor salud. Al día han de realizar de 15 a 30 minutos de ejercicios, y evitar horas y horas delante de la TV o el ordenador. La actividad aeróbica regular mejora el corazón, pulmones, músculos y el metabolismo.

En resumen, se recomienda comer en su justa medida, desayunar siempre, no abusar de la sal, y tomar una comida variada (pescado, carne, huevos, hidratos de carbono, lácteos y agua).

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