También llamada salsa de soja o siyau, dentro de la comida china-peruana (Chifa), en sí en toda la comida oriental. La soya posee antioxidantes necesarios para la vida y es un gran aporte nutritivo para el ser humano. Este producto ha sido uno de los elementos básicos de la población de muchos países durante más de 5.000 años y contiene un alto contenido de proteínas, convirtiéndola en un excelente complemento de nuestra alimentación.
Los antioxidantes constituyen uno de los beneficios nutricionales que no debemos ignorar en relación con una alimentación sana. Estos compuestos protegen del daño causados por los radicales libres. Los radicales libres son los responsables de muchos tipos de cáncer y del envejecimiento prematuro. Son ellos los que aportan un escudo ante la oxidación de las células, y por ello tienen un gran potencial para prevenir enfermedades de una enorme índole: desde cáncer hasta problemas circulatorios.
Las fuentes de antioxidantes están dispersas por doquier, y basta ojear un poco nuestro blog para conocerlas. Entre ellas encontramos el vino tinto de buena calidad, los arándanos, el acai berry o algunos cítricos con mucha vitamina C. La salsa de soya, por su parte, pelea para estar entre los antioxidantes más importantes.
Según una investigación realizada por la Universidad Nacional de Singapur la salsa de soya tiene un altísimo potencial antioxidante, y por ello recomiendan condimentar nuestras ensaladas con ella, al menos dos o tres veces por semana. En términos absolutos, los investigadores apuntan a que la salsa de soya es diez veces más efectiva que el vino tinto, y hasta 150 veces más efectiva que una naranja, algo que debe bastar como argumento para consumirla.
El potencial antioxidante de la salsa de soya está asociado a menores riesgos de padecer ataques cardiovasculares, la prevención de los ataques de los radicales libres y la asistencia en problemas naturales como el envejecimiento, obesidad, estrés, hipertensión y diabetes.
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