La dieta influye en la microcirculación de la sangre y en el tono vascular, condicionantes del desarrollo de las hemorroides. Pero además, la alimentación también está implicada en la predisposición a las dolencias intestinales, entre ellas, el estreñimiento. Este trastorno, sea pasajero o crónico, favorece la aparición de hemorroides o las agrava, en caso de tenerlas. El aumento de la ingesta de fibra es útil para suavizar los movimientos intestinales, aliviar el estreñimiento y, de esta manera, reducir el esfuerzo al defecar, que representa un gran alivio en estos casos.
Una dieta laxante supone consumir más de los 25 gramos diarios de fibra recomendados. Esto implica dar preferencia a los vegetales, consumir legumbres varios días por semana y escoger los cereales y derivados integrales (arroz, cuscús, pan, pasta) frente a los refinados. A pesar de todo, puede que el aporte de fibra de la dieta sea insuficiente para lograr un efecto terapéutico en el tratamiento de las hemorroides y que sea preciso tomar complementos de fibra.
Se debe evitar el uso de medicamentos laxantes que pueden causar diarrea y empeorar los síntomas. Sólo se emplearán cuando aumenten el volumen de las heces, como el salvado de trigo, el de avena, las semillas de lino o complementos a base de plantas ricas en fibra soluble como el "Plantago ovata". Estos se usarán como aporte extra de fibra en la dieta, en lugar de como sustitutos de los alimentos integrales.
Tratamiento con antioxidantes y antiinflamatorios
Los antioxidantes tienen una doble función en la mejora de las hemorroides. Por un lado, protegen frente a los radicales libres, sustancias causantes del envejecimiento y del deterioro de las paredes de arterias y venas. Por otro, mejoran el tono venoso, por su acción vasoconstrictora y antiinflamatoria al disminuir la liberación de prostaglandinas (sustancias inflamatorias).
En un meta-análisis sobre el uso de flavonoides (un tipo de antioxidantes) en el tratamiento de las hemorroides se comprobó que su consumo reduce en más del 50% de los casos la persistencia o empeoramiento de los síntomas en las hemorroides de menor gravedad (grado I y II). El producto a base de flavonoides más utilizado y eficaz es el que combina diosmina (90%), obtenido del "Citrus aurantium" (o naranjo amargo) con hesperidina (10%), un flavonoide abundante en los cítricos en general (limones, naranjas, naranjas amargas).
Tratamiento con plantas antiinflamatorias
Varios extractos botánicos han demostrado que mejoran la microcirculación, el flujo capilar y el tono vascular. La suplementación oral con "Aesculus hippocastanum" (castaño de Indias), "Ruscus aculeatus" (rusco), "Centella asiatica", "Hamamelis virginiana" (avellano de bruja) y bioflavonoides alivia el dolor de las hemorroides, también de las varices, y evita sus complicaciones.
Un estudio reciente informa del potencial beneficioso en el tratamiento de las hemorroides de un complemento dietético a base de extracto de corteza de pino marítimo francés (Pycnogenol). El consumo durante 7 días (300 mg del extracto los cuatro primeros días, y 150 mg, los tres últimos) redujo el dolor alrededor del ano y el sangrado en pacientes con hemorroides externas. Los autores apuntan a que los flavonoides de la planta pueden ser los responsables de los efectos beneficiosos, aunque hay que tener en cuenta que estas conclusiones son el resultado de una sola investigación.
La combinación de plantas depurativas como el diente de león, el cardo mariano y la potentilla o tormentilla, tiene una doble función. Las dos primeras plantas sirven a la depuración de la sangre de sustancias de desecho y la última, por su particular concentración de taninos, ayuda a desinflamar la zona afectada. Su consumo durante un tiempo y en según las circunstancias de salud, puede estar contraindicado, de manera que se tomaran siempre bajo prescripción facultativa.
Fuente
Consumer eroski
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