Un nuevo estudio revela que las mujeres jóvenes de bajos ingresos engordan demasiado durante el embarazo, lo que genera preocupación por su influencia a largo plazo en el riesgo de obesidad. Casi dos tercios de 427 embarazadas, en su mayoría negras o hispanas, atendidas en dos clínicas de Estados Unidos engordaron más de lo recomendado durante la gestación. Y al año del parto, la mitad retenía por lo menos 5 kilos de los que habían aumentado en el embarazo.
En American Journal of Obstetrics & Gynecology, el equipo de la doctora Bonnie E. Gould Rothberg, de la Escuela de Medicina de la Yale University, en Connecticut, afirma que los resultados son preocupantes.
El aumento de peso en el embarazo eleva la posibilidad de, por ejemplo, tener un bebé más grande que lo normal y de necesitar cesárea. Y las mujeres son menos propensas a poder perder esos kilos de más, lo que aumenta su riesgo de desarrollar diabetes e hipertensión. Además, los bebés grandes son más propensos a tener sobrepeso a futuro.
El equipo halló que, antes del embarazo, un cuarto de las mujeres tenía sobrepeso y unas pocas más eran obesas. Y en el grupo con peso normal antes del embarazo, cuatro de cada 10 calificaron para la definición de "sobrepeso" al año del parto y una de cada 20, para la categoría "obesidad".
Más de la mitad del grupo con sobrepeso antes del embarazo era obesa al año del parto, según el índice de masa corporal (IMC). Un IMC superior a 25 indica sobrepeso y por encima de 30, obesidad.
Una de las preocupaciones con estas variaciones del peso es que ocurrieron con un solo embarazo. Dado que las participantes tenían entre 14 y 25 años, el equipo destaca que es posible que ellas tengan más hijos y, quizás, retengan más peso después de esos embarazos.
El Instituto de Medicina (IOM), que asesora al Gobierno de Estados Unidos, recomienda que las mujeres con peso normal engorden entre 11 y 15 kilos durante el embarazo. Las mujeres con bajo peso pueden engordar entre 12 y 18 kilos, mientras que las que tienen sobrepeso no deberían superar los 6,8 a 11 kilos.
Las mujeres obesas son las que menos peso pueden aumentar: entre 5 y 9 kilos es lo óptimo. El equipo observó ciertos factores asociados con un mayor descenso de peso después del embarazo. Optar por la lactancia, por ejemplo, ayudó a adelgazar 0,68 kilo más por semana que el uso de fórmula.
El equipo de Gould Rothberg opina que los resultados refuerzan la promoción de la lactancia en las madres jóvenes de bajos recursos. Además, halló que las mujeres hispanas tendían a adelgazar más que las blancas o las afroamericanas después del parto. Los autores concluyeron que los próximos estudios deberían indagar por qué algunas mujeres engordan tanto durante el embarazo y por qué algunas adelgazan rápido y otras nunca lo logran.
Fuente
American Journal of Obstetrics & Gynecology
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