Un nuevo estudio relacionó el consumo de café durante los primeros meses de embarazo con un riesgo levemente mayor de tener un bebé con labio leporino, aunque estos resultados no deberían generar alarma, según uno de los científicos que realizó la investigación.
"El labio leporino es un resultado realmente poco común", dijo el doctor Allen J. Wilcox a Reuters Health. "Aún cuando (este hallazgo) fuera cierto, sería un riesgo muy pequeño para una mujer. Pero de hecho no sabemos si realmente es verdad", agregó el experto.
Wilcox, del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de Estados Unidos, y colegas de Noruega indicaron en American Journal of Epidemiology que ese país europeo tiene una incidencia relativamente alta de labio leporino y paladar hendido, con 2,2 niños nacidos con el defecto por cada 1.000 nacimientos vivos.
Los autores decidieron observar la relación entre el consumo de café y otras bebidas cafeinadas y los problemas congénitos faciales en los noruegos, en parte porque esos europeos suelen tomar mucho café.
El estudio comparó a 573 mujeres que habían dado a luz a bebés con labio leporino con y sin paladar hendido o solamente con paladar hendido, con 763 pacientes cuyos hijos no habían desarrollado problemas faciales.
Comparado con las no bebedoras de café, las mujeres que consumían hasta tres tazas por día durante los primeros tres meses de embarazo eran 1,39 veces más propensas a tener un bebé con labio leporino con o sin paladar hendido. En tanto, el riesgo era 1,59 veces mayor entre las participantes que tomaban tres o más tazas de café por día.
Por su parte, Wilcox señaló que tener un pariente de primer grado con un problema congénito facial aumentaba el riesgo unas 50 veces. No se halló relación entre la ingesta de café y el paladar hendido solamente, mientras que las mujeres que tomaban té en realidad tenían menos riesgo de dar a luz un niño con algún problema facial de nacimiento. "Si hay algo en el café que es culpable (del labio leporino en los bebés), no parece ser la cafeína", manifestó el investigador.
Estudiar los efectos del consumo de café es difícil, según el autor, porque su ingesta está relacionada con muchos otros factores. Por ejemplo, las mujeres que beben café son más propensas a fumar y sus dietas son distintas a las de las no bebedoras de café. Por ahora, añadió Wilcox, las mujeres que están planeando quedar embarazadas o ya lo están deberían focalizarse en los cambios en el estilo de vida que han probado beneficiar a los bebés, como tomar ácido fólico y si fuman, dejar ese hábito.
FuenteAmerican Journal of Epidemiology
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