Diversos grupos de medicamentos causan determinadas alteraciones que reducen las aptitudes necesarias para conducir vehículos y manipular maquinaria. Entre los efectos más comunes, destacan la somnolencia, la alteración de la percepción de la velocidad y las distancias, la reducción del tiempo de reacción ante un peligro, hiperactividad o aturdimiento, confusión, espasmos y calambres musculares.
Los antihistamínicos, utilizados por una gran parte de la población como tratamiento para alergias y antitusígeno, a menudo, tienen un efecto sedante, con somnolencia y visión borrosa. Del mismo modo, la mayoría de los fármacos que se utilizan para el tratamiento de la ansiedad pueden causar el mismo efecto.
Los analgésicos narcóticos, como la codeína o el tramadol, también pueden provocar somnolencia y mareo. Los antidepresivos, los antipsicóticos y determinados antihipertensivos se relacionan con visión borrosa y mareos. Los anticonvulsivantes y los empleados para el tratamiento del Parkinson pueden producir incoordinación motora, además de sueño, visión borrosa e hipotensión.
Estos son los principales fármacos que afectan a la destreza en la conducción, pero hay más. Por este motivo, siempre hay que leer la información que los acompaña y tener en cuenta que los efectos pueden variar según edad, sensibilidad personal, estado de salud y circunstancias de vida.
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