Hay que saber combinar los alimentos. A veces cometemos el gran error de repetir de lo mismo en nuestra dieta. En el campo de las bebidas y, los zumos y los jugos con las comidas tenemos que tener muy presentes que no todos caen bien a la hora de llevarlos juntos en una misma comida. El consumo de algunos jugos inhibe la acción de los fármacos e interfiere en el proceso de curación.
Los investigadores de diversas universidades de Japón, como la Kyushu University of Health and Welfare, la Kumamoto University y la University of Miyazaki Hospital han pedido que se realice una investigación más profunda sobre este tema, que sirva de ayuda a los médicos y a los pacientes con tratamiento farmacológico. Una de las conclusiones de los diversos estudios llevados a cabo es que el zumo de piña, en especial por su contenido en bromelina, es uno de los mayores inhibidores del citrocromo P450 2C9, la principal enzima responsable del metabolismo hepático de los anticoagulantes orales, como el conocido Sintrom®.
Hay que tener presente que las cápsulas o pastillas se ingieren con algún líquido que facilite la deglución. El zumo natural o comercial es una de las bebidas elegidas con más frecuencia. Hace pocos años, un grupo de investigadores de la Universidad de Western Ontario alertó sobre el peligro que conlleva la mezcla de algunos medicamentos con zumos de frutas, entre los que se encuentran los de manzana, naranja y pomelo. Estos últimos reducen la eficacia de fármacos como la fexofenadina (antihistamínico), la etoposida (anticancerígeno), el atenolol, el celiprolol y el talinolol (betabloqueantes utilizados en la prevención de infartos y tratamiento de la hipertensión arterial), la ciclosporina (utilizada en la prevención del rechazo tras el trasplante de órganos) y algunos antibióticos. Según los investigadores, el problema está en la "pérdida de eficacia de estos tratamientos para los problemas médicos serios".
Conscientes de que los zumos pueden tener un potencial relevante para inhibir la acción de los medicamentos y que el consumo habitual de estas bebidas podría interferir en el proceso de curación de los enfermos, los investigadores japoneses de las universidades citadas han querido avanzar más. Con sus investigaciones tratan de ofrecer, en un futuro, una evidencia científica que permita a los médicos saber con seguridad si determinadas frutas y sus zumos son perjudiciales para el tratamiento de los pacientes.
Los zumos comerciales investigados de frambuesa, uva y mora han demostrado en el laboratorio que inhiben la actividad de esta enzima, lo que da lugar a la hipótesis de que interactúen negativamente con determinados medicamentos. El siguiente paso es describir y documentar con exactitud qué fármacos se verían afectados por la toma conjunta de estos zumos y los medicamentos. Conviene tener presente que el zumo de mora, muy rico en antioxidantes, se utiliza en Europa por sus beneficios para los riñones, la fatiga, la debilidad, la anemia e, incluso, para tratar el encanecimiento prematuro del cabello. Por otro lado, el zumo de uva es uno de los más consumidos en nuestro país, junto con los de naranja, melocotón y piña.
El Zumo de Piña y los anticoagulantes
El año pasado, la publicación de la Japan Society for Bioscience, Biotechnology and Agrochemistry se hizo eco de las investigaciones que colocan al zumo de piña en el punto de mira por su posible efecto negativo sobre fármacos utilizados en la prevención de la trombosis o la embolia, como la warfarina (anticoagulante). Los estudios apuntan a que la bromelina (complejo enzimático) del zumo de piña, que también se vende como suplemento dietético, podría afectar a la concentración del fármaco en la sangre e impedir que éste cumpla su función.
Ante la posibilidad de que mezclar zumo de piña con anticoagulantes orales pueda ser una desventaja para los enfermos, los investigadores insisten en que sería de gran ayuda estudiar las consecuencias exactas de combinar éste y otros zumos con medicamentos.
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