Las mujeres que toman dosis altas de vitamina C tienen más riesgo de padecer cataratas asociadas con la edad, indicó un estudio realizado en Suecia. Entre unas 24.600 mujeres estudiadas durante más de ocho años, las que consumían una dosis de 1.000 miligramos de vitamina C de manera regular u ocasional eran un 25 por ciento más propensas que las que no usaban el suplemento a que se les extirpen cataratas.
El riesgo era aún mayor en las usuarias de vitamina C extra durante 10 años o más o que tenían 65 años o más, o que tomaban terapia de reemplazo hormonal o corticoesteroides. Pero en American Journal of Clinical Nutrition, el equipo de Alicja Wolk, del Instituto Karolinska, en Estocolmo, advierte que la relación aparente entre la vitamina C y el riesgo de cataratas excluye a la vitamina C derivada de las frutas y las verduras.
En cambio, el estudio evaluó el riesgo de cataratas asociado con altas dosis de suplementos con vitamina C comunes en Suecia. Según los autores, los resultados respaldan hallazgos previos.
El 59 por ciento de las mujeres de 49 a 83 años con buena salud general dijo que usaba algún suplemento alimentario. El 5 por ciento de ellas manifestó tomar sólo vitamina C y el 9 por ciento, multivitaminas con unos 60 miligramos de vitamina C.
El 59 por ciento de las mujeres de 49 a 83 años con buena salud general dijo que usaba algún suplemento alimentario. El 5 por ciento de ellas manifestó tomar sólo vitamina C y el 9 por ciento, multivitaminas con unos 60 miligramos de vitamina C.
De las 1.225 mujeres que usaron sólo vitamina C, a 143 (casi el 13 por ciento) se les extirparon cataratas durante el estudio. En cambio, se eliminaron cataratas en 878 de 9.974 mujeres que no usaban suplementos (el 9 por ciento) y en 252 de 2.259 usuarias de multivitaminas (el 11 por ciento).
El aumento del riesgo de cataratas en las consumidoras de suplementos, versus las no usuarias, se mantuvo evidente en análisis que consideraron la edad en intervalos de cinco años, el tamaño de cintura, la educación, el tabaquismo, el consumo de alcohol y el uso de fármacos, como terapia de reemplazo hormonal.
El equipo opina que se necesitan más estudios para confirmar los resultados, en especial en las mujeres mayores tratadas con terapia de reemplazo hormonal o esteroides, como así también estudios sobre los mecanismos que promoverían esa asociación.
Fuente
American Journal of Clinical Nutrition
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