Un estudio halla que comer con la familia ayuda a que los niños se mantengan más delgados y sanos. Investigadores agruparon los datos de 17 estudios iniciales y hallaron que los niños que comían con sus familias de forma habitual eran 24 por ciento más propensos a comer alimentos saludables que los niños que rara vez comían con sus familias. También eran menos propensos a sufrir de trastornos alimenticios.
Los padres pueden "realmente entender e identificarse con" los hallazgos, publicados en la edición del 2 de mayo de Pediatrics, señaló la autora principal del estudio Amber Hammons, investigadora asociada posdoctoral de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign."Queríamos estudiar la contribución de la familia en los resultados positivos relacionados con la nutrición", agregó Hammons. "Es importante que los padres sepan lo que pueden hacer, sobre todo con la obesidad y los hábitos alimenticios, y el papel que pueden desempeñar".
Mediante una búsqueda por Internet en 2009, los investigadores del Family Resiliency Center (Centro de recursos para la familia) de la universidad encontraron estudios importantes en los que participaron cerca de 183,000 niños y adolescentes de entre 3 y 17 años. Analizaron los hábitos alimenticios y el peso de los jóvenes y si habían hecho algo perjudicial para controlarlo. Los que comían tres o más veces a la semana con sus familias eran 12 por ciento menos propensos a tener sobrepeso que los que comían pocas veces o ninguna vez con sus familias, y 20 por ciento menos propensos a comer dulces, alimentos fritos, gaseosas y otros alimentos no saludables.
Comer juntos cinco o más veces redujo la probabilidad de una mala nutrición en 25 por ciento, según reveló un análisis de ocho de los estudios. Los niños que comían con sus familias también eran 35 por ciento menos propensos a tener un "trastorno alimentario" para bajar de peso, tales como atracones, purgas, tomar pastillas para adelgazar o laxantes, vómitos, saltarse las comidas o fumar.
Se consideraba que los participantes tenían sobrepeso si su índice de masa corporal (IMC) era igual o superior al percentil 85, lo que significa que eran más gordos que el 85 por ciento de los niños de su edad. Comer dos o más frutas y verduras todos los días, y saltarse las gaseosas, los dulces y los alimentos fritos se incluyeron como medida de nutrición saludable. Aunque el estudio sugiere que comer junto con la familia confiere un beneficio "protector" a los niños, las razones no están claras. Algunas posibilidades incluyen el valor de ejemplos adultos a seguir y la intervención de los adultos antes de que las malas conductas se conviertan en malos hábitos, apuntó el estudio.
Otra investigación encontró que las comidas preparadas en casa eran más nutritivas, incluían más frutas y verduras frescas y menos grasa, azúcar y gaseosa.
"Sabemos que las comidas que se preparan en el hogar suelen ser menos calóricas", señaló Hammons. Sin embargo, otros factores como la comunicación durante la comida podrían también contribuir a la influencia positiva de las comidas familiares sobre la salud, agregó. "La dirección futura de la investigación no analizará la cantidad de los comidas sino lo que hace que la hora de la comida sea tan importante", señaló.
Otra experta, Connie Diekman, directora de nutrición universitaria en la Universidad de Washington en San Luis, señaló que el estudio realiza "una buena descripción de lo que muestra la investigación en términos de la importancia de las comidas en familia" sobre la salud infantil. Sin embargo, advirtió acerca de sus inconvenientes.
"Algunos de los estudios tienen limitaciones, incluida una cierta variabilidad en la recopilación de los resultados nutricionales, la diversidad de origen étnico y sexo, y la forma en que los estudios clasificaron el peso", apuntó Diekman. Pero incluso con estos obstáculos, el estudio ofrece "fuertes indicios de que las comidas familiares ayudan a aumentar la ingesta de nutrientes, controlar el peso corporal, y prevenir potencialmente los patrones de los trastornos alimenticios", apuntó Diekman.
Los niños podrían imitar a los padres, según otra investigación. Una encuesta realizada por la Asociación Estadounidense de Profesionales en Nutrición (American Dietetic Association Foundation, ADA) encontró que los niños identificaron a sus padres como sus ejemplos a seguir número uno y afirmaron que si sus padres comían alimentos más saludables, ellos también lo hacían, señaló Diekman.
Los autores del presente estudio señalan que los médicos deberían hacer énfasis en el valor de las comidas familiares para los pacientes que tienen trastornos alimenticios u obesidad.
Fuentes
Amber J. Hammons, Ph.D., postdoctoral research associate, Family Resiliency Center, University of Illinois at Urbana-Champaign; Connie Diekman, director of university nutrition, Washington University in St. Louis, Mo.; May 2, 2011, Pediatrics
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