La exposición temprana a los antibióticos elevaría un 13 por ciento el riesgo de asma infantil, una cifra mucho más baja que la conocida hasta ahora, según una revisión sistemática de la literatura. Aun así, se necesitan estudios más rigurosos.
El estudio, que publicará la revista Pediatrics, "aporta pruebas para interpretar con precaución esa relación", indicó el autor principal, doctor Michael B. Bracken, epidemiólogo de la Yale University en New Haven, Connecticut. El equipo de Bracken revisó la literatura médica e identificó 22 estudios sobre cómo la exposición a los antibióticos durante la gestación o el primer año de vida influye en el riesgo de desarrollar asma hasta los 18 años de edad.
Los niños que habían estado expuestos a antibióticos entre el parto y el primer año de vida tenían un 52 por ciento más posibilidades de desarrollar asma que aquellos sin esa exposición. En los tres estudios sobre niños expuestos durante el embarazo, la posibilidad creció un 24 por ciento.
El equipo admite que pueden existir sesgos potenciales. Por ejemplo: los padres de niños asmáticos son más propensos a recordar todo uso temprano de fármacos y los síntomas iniciales del asma se pueden confundir con una infección respiratoria y tratarse con antibióticos, lo que genera una posible causalidad inversa. Para estudiarlo mejor, el equipo realizó análisis separados según factores como el diseño del estudio.
Como era de esperar, los estudios retrospectivos revelaron la asociación más alta: la exposición a los antibióticos duplicó en los niños el riesgo de desarrollar asma. Lo mismo ocurrió con los trabajos en los que no se controlaron las infecciones respiratorias precoces.
Las pruebas más sólidas, según los autores, surgieron de los estudios prospectivos y con información de las bases de datos en los que se habían controlado las infecciones respiratorias. Ese subgrupo de datos reveló un 13 por ciento más posibilidad de desarrollar asma en niños expuestos a antibióticos antes de nacer y durante el primer año de vida.
El equipo estima que 87 niños deberían quedar expuestos a los efectos de los antibióticos para que uno desarrolle asma. Dada la gran cantidad de niños expuestos a esos fármacos, los autores sugieren que una gran cantidad de casos de asma estaría asociada con el uso de antibióticos. "Si podemos controlar los sesgos, la relación sería más baja que lo pensado", dijo Bracken.
Hasta contar con estudios prospectivos más grandes, el equipo recuerda que "se están sobreindicando antibióticos, en general para enfermedades virales para las que no son efectivos (...) Este estudio respalda el mensaje de que los antibióticos sólo se deben recetar cuando son necesarios", agregó.
Fuente
Pediatrics, 2011
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