Muchas veces los padres con hijos en edad escolar no le dan la importancia del caso a las loncheras que sus hijos llevan al colegio. La preparan sin criterios nutricionales y piensan que colocando un jugo natural, un sánguche y una fruta el tema está cerrado.
Encontramos en la web una interesante nota en donde aparecen los cinco errores más comunes que comenten los padres al momento de alimentar a sus pequeños.
LONCHERAS QUE PERJUDICAN
A estas alturas, muchos ya deben tener claro que ni las golosinas, galletas, snacks, gaseosas, jugos derivados o energizantes son saludables. Por ejemplo, una botella de gaseosa tiene en promedio el doble de la cantidad de calorías que requiere un niño por día.
Si los padres no alcanzaron a preparar una adecuada lonchera, muchas veces optan por darles dinero a sus hijos, lo que hace que estos compren productos de muy poco valor nutritivo en los quioscos.
BOCADILLOS ENTRE COMIDAS
Ya en casa, algunos niños comen pequeños bocadillos antes de las comidas y al momento del almuerzo o la cena ya no tienen hambre. “La regla de la casa debe prohibir los bocadillos dos horas antes de la cena”, señala el artículo de Tanya Steel.
ABUNDANTE COMIDA
Darle de comer mucho a un niño delgado o poco a un pequeño con sobrepeso no es lo aconsejable. Según señala la publicación, es necesario que se visite al nutricionista y que este le recomiende una dieta especial acorde con su peso y la edad.
FALTA DE CULTURA NUTRITIVA
El niño no solo debe alimentarse bien, sino comprender que lo que está ingiriendo es lo que en verdad necesita. De esta forma, se evita que el niño un día se niegue a comer la cena o el almuerzo. “Es importante que coma todo lo que le sirvamos y aprenda lo que es nutritivo”.
NO VARIAR EL MENÚ
El menú no debe cansar ni saturar. Los padres deben ser ingeniosos con los platos y las loncheras para evitar que el niño se aburra de lo mismo. De vez en cuando se les puede dar un gustito como una hamburguesa, dulces o gaseosas, pero importante es mantener el estilo de vida saludable.
Aunque el artículo no lo menciona, muchos estudios señalan que las personas (en especial los niños) que comen viendo televisión podrían sufrir de sobrepeso. Esto se debe que mientras estamos atentos a la pantalla no somos conscientes de cuánto y qué ingerimos.
Muchos padres utilizan el televisor como herramienta para que sus hijos accedan a comer, ese es un hábito debe ser reemplazado por otros como la conversación. Eso, además, ayudará a afianzar la comunicación de la familia.
Fuente
Epicurious
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