jueves, 25 de agosto de 2011

Niños diabéticos sin control alguno

Una gran cantidad de niños y jóvenes diabéticos no se realizarían los test de rutina recomendados para controlar la enfermedad.

Un estudio sobre más de 1.500 personas jóvenes con diabetes tipo 1 o 2 revela que a un tercio no se le habían realizado exámenes visuales ni del control a largo plazo de la glucosa en sangre, como recomienda la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA).

Las guías de la ADA aconsejan realizarle a ese grupo el test de hemoglobina A1C por lo menos dos veces por año (o tres si utilizan insulina). Ese análisis de sangre determina el control del azúcar en sangre durante los últimos meses y es clave para el manejo de la enfermedad en el largo plazo.

En el estudio, el 32 por ciento de los participantes no se había realizado ese examen con la frecuencia recomendada. En tanto, el 34 por ciento no se había examinado la vista. La ADA recomienda el control ocular anual para las personas con diabetes tipo 2 y todo paciente con diabetes tipo 1 durante por lo menos cinco años y con 10 años o más de edad. Las guías de la ADA son las más utilizadas en el mundo para tratar la diabetes, según indicó Beth Waitzfelder, del Centro para la Investigación Médica de Kaiser Permanente en Honolulu.

El estudio, según indicó su autora principal, brinda algunas claves de por qué a los jóvenes no se les realizan todos los test recomendados.

En general, explicó, los adolescentes más grandes y los adultos jóvenes eran menos propensos que los más chicos a cumplir con el tratamiento. Eso podría ser, según Waitzfelder, porque ellos no le prestan tanta atención como sus padres al control de la diabetes o porque carecen de un seguro de salud o cambian de médico. Los niños de familias pobres también eran menos propensos a contar con los controles recomendados.

Los chicos de familias con ingresos anuales por encima de los 75.000 dólares eran un 65 por ciento más propensos a hacerse esos test que los de familias con ingresos por debajo de los 25.000 dólares anuales, aun tras considerar si tenían o no seguro de salud. "Aún cuando los diabéticos tengan cobertura, los copagos, los medicamentos y los suministros necesarios para sobrellevar la diabetes les dificultan el trabajo a algunas familias", dijo la autora.

El estudio, publicado en la revista Pediatrics, incluyó entrevistas con 1.514 niños, adolescentes y jóvenes diabéticos de Estados Unidos. El 85 por ciento tenía diabetes tipo 1 y el resto, tipo 2.

En general, al grupo le iba bastante bien con ciertos test recomendados. El 95 por ciento se realizaba los controles regulares de la presión y el 88 por ciento se había controlado el colesterol por lo menos una vez (o una vez por año si tenían más de 18 años).

Y el 83 por ciento tenía controlada la función renal según las guías de la ADA. La diabetes puede causar enfermedad renal, de modo que se recomienda realizar análisis de orina anuales a partir de los 10 años en los niños con diabetes tipo 1 durante por lo menos cinco años.

Fuente
Pediatrics online

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