
Los resultados de este estudio van a ser probablemente utilizados en los futuros diagnósticos para evaluar las probabilidades de fracaso del tratamiento de la leucemia infantil, estiman los autores del estudio.
Estos científicos señalan sin embargo que se necesitarán más investigaciones para determinar cómo las variaciones de este gen, llamado IKZF1 o IKAROS, desencadenan una resurgencia de la leucemia aguda linfoblástica, la forma más común de este cáncer de sangre que afecta a uno de cada 29.000 niños al año.

Poder determinar el riesgo de recaída de un paciente debería ayudar al médico a ajustar la intensidad de las terapias para optimizar las posibilidades de cura total. Hasta ahora no existía un buen marcador genético para predecir bien este riesgo, señala el doctor Stephen Hunger, del Hospital de Niños de la Universidad de Florida, que dirigió la investigación.
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