miércoles, 15 de abril de 2009

Medicamentos y alcohol: Relación fatal

La posibilidad de efectos entre medicamentos y alcohol es elevada, sin embargo, con poca frecuencia encontramos medicamentos con referencias sobre “evitar bebidas alcohólicas” o “guarde abstinencia mientras toma la medicación” o simplemente conocer la posible interacción entre ambos.

El resultado de la interacción de medicamentos y alcohol es fundamentalmente, la modificación de los efectos de uno por causa del otro.


Modificación de los efectos del medicamento por causa del alcohol


- El alcohol es un disolvente y un vasodilatador que aumenta la absorción del medicamento por el intestino.
- El alcohol retarda el vaciamiento gástrico aumentando la absorción del medicamento.
- Las bebidas de bajo grado de alcohol como la cerveza y el vino, provocan una mayor secreción del ácido del estómago. Esta acidez puede inactivar ciertos medicamentos disminuyendo su absorción.
- El alcohol puede facilitar el paso del medicamento al sistema nervioso. Así se ha comprobado con medicamentos como el diazepam y levodopa.
- La alta ingesta de alcohol en personas no alcohólicas, inhibe el metabolismo de medicamentos entre ellos warfarina, tolbutamida, fenitoína, etc. Al inhibirse, se puede prolongar o aumentar los efectos del medicamento pudiendo provocar toxicidad.
- Por el contrario, la alta ingesta de alcohol en alcohólicos crónicos, aumenta el metabolismo del medicamento perdiendo así su eficacia terapéutica. Esto se ha comprobado con medicamentos antituberculosos.
- En el alcohólico crónico, se produce una retención de agua de tal manera que se afecta la eliminación renal del medicamento. Por el contrario, el consumo de alcohol en personas no alcohólicas, la eliminación renal está aumentada.
- El alcohol tiene un efecto hipoglicemiante, puede actuar con los antidiabéticos e insulina.
- El alcohol y algunos fármacos como los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) pudieran tener como efecto adverso hemorragias gastrointestinales.
- EL alcohol tiene un efecto potenciado de sedación cuando es ingerido junto a medicamentos que tienen este efecto. Por ejemplo: antidepresivos tricíclicos, fenotiazinas, antihistamínicos, barbitúricos, ansiolíticos, tranquilizantes etc.
- El alcohol a bajas dosis tiene un efecto ansiolítico.


Muy importante


El “disulfiram”, medicamento utilizado para disuadir el consumo de alcohol, así como el cefamandol, cefoperazona, cloramfenicol, furazolidina, griseofulvina, latamoxef, metronidazol y furantoína, afectan el metabolismo del alcohol, provocando desagradables consecuencias a diversa intensidad como congestión facial, sudoración, cólico intestinal, náuseas, vómitos, visión borrosa, disnea, hiperventilación, taquicardia, hipotensión, confusión etc.


El alcohol también puede aumentar el riesgo de lesiones de la mucosa gástrica además de prolongar el tiempo de hemorragias cuando se ingiere conjuntamente con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). El alcohol tampoco se debe ingerir con acetaminofén ya que se incrementa el potencial tóxico a nivel hepático de este analgésico-antipirético tan ampliamente utilizado tanto en la población pediátrica como en el adulto.En otras situaciones se ha observado que al administrarse alcohol y ciertos medicamentos conjuntamente, se inhibe el metabolismo del alcohol, ésto hace que la concentración del alcohol etílico en sangre, aumente de manera desproporcionada lo que provoca una serie de manifestaciones clínicas desagradables en el paciente tales como náuseas, vómitos, sudoración y enrojecimiento de la cara, a los pocos minutos de la ingestión alcohólica, este fenómeno se conoce como efecto antabuse. Entre estos medicamentos están el disulfiram, algunas cefalosporinas (cefamandol, cefoperazona, cefotetán), la clorpropamida, el ketoconazol y el metronidazol.

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