El mango, por su exotismo y por su sabor, es una de las frutas que mejor se venden cuando están en plena temporada. A su exquisito sabor y su versatilidad para ser utilizada en la cocina, se le suman unas interesantes propiedades nutricionales entre las que se cuenta la presencia de vitaminas A y C, además de un alto contenido en fibra.
Pero como muchas otras tantas frutas, los mangos contienen un elemento que les confiere un interés particular: el contenido antioxidante de los mismos. Este se debe en gran parte a sus polifenoles, compuestos que le otorgan un accionar antioxidante que le permite a los mangos servir para combatir diversas enfermedades.
Entre ellas encontramos al cáncer, y no sólo a uno, sino que a diversos tipos de cáncer, según han descubierto un grupo de investigadores del National Mango Board de los Estados Unidos. Testeados en diversos experimentos, los mangos demostraron tener un accionar preventivo contra el cáncer de colon, pecho, pulmón, próstata y leucemia, pero especialmente fueron efectivos contra el primero de ellos: el cáncer de colon.
Los investigadores declaran que el mango actúa promoviendo la muerte de células cancerígenas, y que con la acción de polifenoles es posible prevenir tanto la aparición de la enfermedad como controlar su presencia.
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