sábado, 16 de enero de 2010

Ulceras gástricas y duodenales: El Helicobacter pylori (H. pylori),

Los avances de la ciencia médica están generando muchos estómagos agradecidos. Las úlceras de estómago ya no tienen por qué ser dolorosas compañeras de viaje para toda la vida. Este falso mito se puede romper porque ya se conocen sus causas y se pueden curar. Su tratamiento exige reflexionar sobre las dos enfermedades distintas a las que se refiere el genérico úlcera de estómago: a las úlceras de duodeno que, en su mayoría, son benignas y a las úlceras gástricas o de estómago y que, en una pequeña proporción de casos, son malignas y se relacionan con el cáncer de estómago ulcerado.

Las úlceras de estómago son infecciones muy frecuente en todo el mundo y la causa de una gran morbilidad (desarrollo de enfermedades). Ante esta situación, se investigan estrategias de vacunación no sólo para evitar contraer la infección por esta bacteria, sino para combatirla en quienes ya la padezcan mediante la inducción de una respuesta inmunológica efectiva. Otra línea de investigación activa es la búsqueda de AINES que no sean tan lesivos para el estómago, ya que las alternativas actuales, como los inhibidores de la ciclooxigenasa 2 (coxib), no han funcionado tan bien como era de esperar e, incluso, algunos de ellos se han relacionado con efectos adversos cardiovasculares.

La erradicación de esta bacteria es fundamental para prevenir el desarrollo de cáncer de estómago, puesto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha identificado como un agente carcinógeno. El tratamiento estándar para eliminar su infección consiste en una combinación de dos antibióticos junto a un protector gástrico (inhibidor de la bomba de protones). La combinación más habitual es la que está formada por los antibióticos amoxicilina y claritromicina y el omeprazol. Su erradicación precisa que se tomen dos veces al día durante una semana o diez días, según la pauta médica.

Ahora bien, cuando este tratamiento línea no funciona es posible administrar otras combinaciones de antibióticos. De manera que después de tres ciclos de tratamiento, el 99% de los pacientes portadores de la infección por esta bacteria se curan. Un caso diferente es el de las úlceras de estómago inducidas por el consumo de AINES. En este supuesto el tratamiento convencional se basa en la toma de un inhibidor de la bomba de protones dos veces al día entre cuatro y ocho semanas, el tiempo necesario para que cicatricen las úlceras. En este proceso de cicatrización, con independencia de si la úlcera es duodenal o gástrica, el tabaco y el alcohol retrasan el proceso de curación.

No se olvide de acudir al médico. No hay que conformarse con "una úlcera para toda la vida", ya que se puede tratar y eliminar su agente causal, Helicobacter pylori. El tratamiento de las úlceras no obliga a seguir una dieta especial. Las únicas restricciones dietéticas que requieren son las del sentido común, o sufrir otras enfermedades como la diabetes o la hipertensión arterial.

Si una persona tiene úlcera o se le ha prescrito un tratamiento para ella, éste es un buen momento para dejar de fumar o reducir el consumo de tabaco, ya que este hábito nocivo retrasa la cicatrización. Los antiinflamatorios para las úlceras se deben tomar de acuerdo con las necesidades clínicas y en ningún caso por indicación propia ni en dosis superiores a las recomendadas. No hay que automedicarse. Es obligatorio cumplir con la medicación prescrita, ya que no hacerlo es una de las principales causas del fracaso del tratamiento para eliminar el Helicobacter pylori.

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