jueves, 6 de enero de 2011

Derrame cerebral y comer carnes rojas


Las mujeres que consumen mucha carne roja se estarían arriesgando a sufrir un accidente cerebrovascular (ACV), según un estudio sobre más de 30.000 participantes suecas. El equipo halló que las participantes que más carne consumían (por lo menos 102 gramos por día) eran un 42 por ciento más propensas a sufrir un ACV por obstrucción del flujo de sangre al cerebro que las que menos carne consumían (25 gramos) a diario. Las dietas ricas en carnes rojas están asociadas con una gran cantidad de efectos adversos, como un mayor riesgo de desarrollar ciertos cánceres, enfermedad cardíaca y presión alta.

Tres estudios habían analizado la relación entre las carnes rojas y el ACV. Sólo uno la pudo hallar.
Ahora, el equipo de la doctora Susanna Larsson, del Instituto Karolinska de Estocolmo, estudió a 34.670 mujeres de 39 a 73 años. Ninguna tenía enfermedad cardiovascular o cáncer al inicio del estudio, en 1997. En 10 años, 1.680 (el 4 por ciento) sufrieron un ACV.

El ACV isquémico, que se produce por la obstrucción de una arteria que suministra sangre al cerebro, fue el más común (en el 78 por ciento de los casos). El resto fueron por hemorragia cerebral o causas no específicas.

Al dividir a las mujeres en cinco grupos, según el consumo de carnes rojas, las que consumían por lo menos 86 gramos diarios tenían un 22 por ciento más riesgo de sufrir un infarto cerebral que las que ingerían menos de 36,5 gramos diarios.

Las que más carnes procesadas consumían (por lo menos 41,3 gramos) por día tenían un 24 por ciento más riesgo de sufrir un ACV isquémico que las que menos cantidad diaria comían (menos de 12,1 gramos diarios). Pero no hubo relación entre el consumo de carnes rojas o procesadas y el riesgo de sufrir otros tipos de ACV; tampoco existió con el consumo de carnes frescas o productos de granja.

Las carnes rojas elevaron el riesgo de sufrir un ACV en las no fumadoras, pero no en las fumadoras, y en las mujeres sin diabetes, pero no en las diabéticas. Entre las mujeres que no fumaban y no tenían diabetes que más carne consumían, el riesgo de sufrir un infarto cerebral aumentó un 68 por ciento.

Varios mecanismos explicarían esa asociación entre la carne roja/procesada y el riesgo de sufrir un ACV. Para el equipo, ambos tipos de carnes, por ejemplo, están relacionadas con la hipertensión, la primera causa de ACV.

El hierro de esas carnes también aceleraría la producción de radicales libres que dañan los tejidos. Además, señala el equipo, las carnes procesadas son ricas en sodio, que aumenta la presión sanguínea.

Fuente
Stroke

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