miércoles, 5 de enero de 2011

Riesgo de alergias en el hogar

Las alergias son un estado de hipersensibilidad del organismo a una sustancia concreta (alérgeno) cuando ésta se inhala, se ingiere o se toca. Numerosos factores externos ayudan al desarrollo o aumento de los síntomas alérgicos: el polen de las plantas, algunos medicamentos, picaduras de insectos, animales domésticos, determinados alimentos y el exceso de humedad en el hogar. Una exposición prolongada a niveles de humedad superiores a los recomendados -entre el 45% y el 65%- afectan a la salud a largo plazo.


Las consecuencias están relacionadas, sobre todo, con problemas respiratorios, como asma o sinusitis, o infecciones pulmonares, como la bronquitis. Un grado incorrecto de humedad puede también agravar los síntomas de quienes padecen fibromialgia o aumentar el dolor en personas reumáticas. Por lo tanto, tratar los problemas de humedad ante los primeros síntomas no sólo es bueno para el cuidado de la vivienda, sino también para la salud de sus ocupantes.


El exceso de humedad ambiental favorece la presencia de ácaros (desencadenante común de asma en bebés), hongos y bacterias, organismos que pueden desencadenar graves problemas, como erupciones o dermatitis atópica. También propicia el crecimiento de moho, un microorganismo con esporas que pueden ocasionar afecciones respiratorias y que desarrolla alérgenos irritantes y, en ocasiones, sustancias tóxicas.


La humedad aumenta también los casos de alergia a los hongos, que en situaciones extremas pueden desembocar en aspergilosis, una enfermedad infecciosa que afecta sobre todo a los pulmones, y, en menos ocasiones, a los senos paranasales, el sistema nervioso central, el esófago, los ojos y el endocardio (membrana que tapiza las cavidades del corazón). El moho "Tachybotrys atra", una variedad de color negro, pegajoso y que crece en especial en madera dañada por el agua, placas del cielorraso y alfombras, ha demostrado ser muy dañino. Algunos trabajos científicos han llegado a asociarlos, incluso, con casos de muerte súbita en niños pequeños.


Qué hacer?


Los ácaros son los responsables de la mayor parte de alergias respiratorias. La mal llamada alergia al polvo (los ácaros son los culpables) se desarrolla, en general, en ambientes cálidos y húmedos. Los ácaros crecen, sobre todo, en cojines y colchones. Los hongos son propios de casas húmedas con poca luz, filtraciones, poco soleadas o ventiladas. La ropa, los zapatos y otros objetos de piel guardados en armarios son su lugar habitual. Cuando la concentración es grande, se crean las típicas manchas de humedad. El hongo más peligroso, el moho, es una de las principales causas de alergias. Crece en las cortinas del baño, en los marcos de las ventanas y en los sótanos húmedos.


Para eliminar los ácaros en el polvo casero, la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica recomienda lavar las sábanas y las mantas cada semana con agua caliente y secarlas al sol o en una secadora caliente. Las almohadas y los colchones deben protegerse con cobertores especiales y conviene retirar las alfombras, sobre todo, de las habitaciones. Cuando no hay nadie en casa, también se aconseja usar ácido tánico para eliminar los ácaros.


El control más adecuado del moho es el cuidado de la propia humedad. Éste no crece si no hay humedad, por lo que es mejor solucionar el problema de la filtración de agua. Si bien en muchos casos deberá contratarse un servicio profesional, otras tareas domésticas son sencillas: arreglar posibles problemas de tuberías, ventilar los baños (fundamental para los niños), no colocar alfombras en fuentes constantes de humedad, frotar el moho para sacarlo de las superficies duras con detergente y agua, secar por completo estos espacios y mantener los aparatos de aire acondicionado limpios.



Fuente
Consumer eroski

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