jueves, 28 de agosto de 2008

Migraña y deporte

Nada resulta sencillo cuando se habla de migraña. Son muchos los factores que la desencadenan, las variaciones individuales o las diferencias en la respuesta ante los tratamientos propuestos. El ejercicio físico suave ha sido, sin embargo, una de las recomendaciones unánimes en la mayoría de los tratamientos. Pero, ¿es realmente el ejercicio tan positivo para combatirla? Una revisión alemana lo pone en duda, al menos en lo referente a la intensidad de los ataques.

La International Headache Society (IHS) establece varios criterios para determinar que una persona padece migraña. Debe sufrir en su vida al menos cinco ataques que pueden durar de cuatro a 72 horas, sin tratamiento o con tratamiento pero sin éxito; debe presentar al menos dos de las siguientes características: migraña unilateral (a un lado de la cabeza), palpitante y de intensidad moderada a aguda; y, finalmente, al menos uno de los siguientes síntomas asociados: nauseas, vómito y molestia ante el ruido y la luz intensos. Un tercio de los pacientes con migraña tienen, además, cambios neurológicos, en la mayoría de casos visuales, que se presentan antes del episodio de migraña.

Son muchas las recomendaciones que los especialistas dan para mejorar los síntomas de la migraña. Los beneficios del ejercicio físico como parte del tratamiento, a pesar de aconsejarse de forma habitual, ha sido centro de discusiones en el ámbito teórico. El consenso internacional asegura que el ejercicio puede ayudar a reducir la frecuencia, la duración y la intensidad de los ataques. Por el contrario, hay casos clínicos que sugieren que los episodios de ejercicio precipitan estas jaquecas.

Una revisión reciente ha recogido ahora todos los estudios disponibles y casos clínicos de1962 a 2007, que en su momento investigaron el deporte de resistencia en terapias de migraña. El análisis, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Regensburg (Alemania), concluye que el ejercicio reduce, efectivamente, la intensidad de los ataques de migraña, pero no la frecuencia ni su duración, tal y como aseguraban estudios anteriores. Los resultados se han publicado en "Headache", la misma revista que en pasados años había publicado numerosos estudios que aseguraban cosas bien distintas.

Volker Busch, investigador principal del análisis, recuerda ante los resultados que el ejercicio para tratar la migraña está recomendado e incluso se promociona en la mayoría de libros de referencia, guías de tratamiento o páginas web sobre la temática. La mayoría de estas recomendaciones, sin embargo, hacen referencia a "estudios anecdóticos", explica el experto, que aseguran aun así que el ejercicio regular puede reducir la severidad y la frecuencia de la migraña, así como eliminarla por completo en algunos casos.

El deporte reduce la intensidad

En el análisis, los investigadores examinaron si las recomendaciones de ejercicio se basan en datos suficientemente adecuados como para fijar los requerimientos necesarios de deporte. Curiosamente, todos los estudios (ocho investigaciones y cuatro casos clínicos) incluyeron programas de entrenamiento de resistencia aeróbica. La mayoría de estudios no hallaron ninguna reducción sustancial de los ataques de dolor de cabeza o de la duración de los mismos gracias al ejercicio continuado. En cambio, seis de los estudios sí que mostraron una reducción en la intensidad del dolor.

Según los investigadores, hay numerosas limitaciones metodológicas que ponen en duda la validez de estos estudios: diagnósticos inciertos, número demasiado pequeño de casos, estudios sin grupo control y, por último, poca o ninguna información sobre los estados de dolor de cabeza antes y después de los estudios. Por tanto, según Busch, tan sólo se puede hacer una estimación poco segura de la validez de los ejercicios aeróbicos de resistencia para la migraña y se requiere, por tanto, más investigación.

Otros tratamientos

Ni el deporte ni ninguna otra terapia pueden suprimir de forma definitiva la migraña. Y aunque ahora parece ser que el deporte sólo reduce la intensidad del dolor, sí que hay otros métodos que ayudan a reducir las frecuencias y las duraciones. Dependiendo de la intensidad de la jaqueca, los especialistas recomiendan desde analgésicos simples, como ácido acetilsalicílico y paracetamol, hasta fármacos selectivos dependiendo de la situación concreta del afectado. Otras alternativas son los preparados a base de cafeína.

Sumado al tratamiento farmacológico, hay otros métodos destinados a no desencadenar ataques de migraña. Evitar el consumo de ciertos tipos de alimentos puede ayudar a eludir ataques concretos de dolor de cabeza: algunos quesos, el alcohol o las nueces, son algunos ejemplos. Huir del estrés, permanecer en ambientes tranquilos o alejarse de los bullicios son otras de las recomendaciones de los expertos. La menstruación es un factor desencadenante que, como es lógico, es imposible de evitar.


Lic. Núria Llavina

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