Hablamos de osteoporosis cuando la masa del hueso se ha reducido de manera tal, que fácilmente pueden surgir fracturas. Sobre todo vértebras, muñecas y caderas pueden romperse por pequeños accidentes o golpes.
Ya desde hace miles de años, la osteoporosis fue un fenómeno conocido tanto en mujeres como en hombres. Es una equivocación comprensible pensar, que la osteoporosis es una afección típicamente femenina. Es verdad que más del 70% de los pacientes de osteoporosis son mujeres. Sin embargo, también los hombres que no hacen ejercicio físico o casi nada, son susceptibles de sufrir osteoporosis. No obstante, esto no implica que todas las personas hayan de padecer dicha enfermedad. Hay varios factores que aumentan el riesgo de su aparición:
La menopausia (temprana)
La herencia
La diabetes y las afecciones de la glándula tiroides
La absorción demasiado limitada de calcio
La alimentación carente de vitamina D
La falta de luz solar
La falta del ejercicio físico
El consumo excesivo de la cafeína (el café)
El fumar
El consumo excesivo de sal en la alimentación
El consumo excesivo de alimentos ricos en fosfatos
Contrariamente a lo que creen muchos, los huesos sí que están formados de tejido vivo. Esto lo prueba el hecho de que crecemos y de que después de una fractura, el hueso vuelve a unirse (bastante rápido). A medida que envejecemos, los huesos van perdiendo su solidez. La proporción existente entre formación y descomposición ósea depende de la edad.
Antes de cumplir 20 años prevalecen los procesos de formación ósea: Crecemos y los huesos se estabilizan. Cerca de los 25 años, poco a poco, se va descomponiendo más tejido óseo del que se forma. Los huesos pierden masa y la altura corporal disminuye. Debido a varias causas, este proceso natural de descomposición puede desarrollarse demasiado rápido:
La alimentación no contiene suficientes nutrientes para crear un tejido sano óseo; y/o
el estímulo para la formación de huesos sólidos, es decir, el ejercicio físico, no existe en medida suficiente. Y para las mujeres hay que añadir una causa más:
Los estrógenos - cierto grupo de hormonas sexuales femeninas- procuran que los huesos de la mujer almacenen la mayor cantidad posible de calcio en el período de fertilidad. Después de la menopausia, ya casi no hay producción de estrógenos. Durante los dos primeros años de la menopausia los huesos pierden, por lo tanto, una cantidad bastante grande de calcio. Esto puede - también si otros factores de riesgo juegan un papel - llegar a causar osteoporosis, solo en caso de que, antes de esta fase de la vida, la masa ósea sea insuficiente y los huesos no lo bastante sólidos.
PrevenciónA través de una alimentación rica y bien equilibrada y de ejercicio. La alimentación debe ser rica en componentes para la formación de los huesos y el ejercicio sirve como estímulo para aumentar la masa del hueso.
Ya se sabe, que únicamente el calcio no es suficiente para la formación ósea. Para ello, además, se necesitan muchos otros componentes. Desgraciadamente, estos no están siempre presentes en medida suficiente en nuestra alimentación cotidiana. Fuera el calcio, los huesos requieren por ejemplo magnesio, zinc, silicio, cobre, hierro, manganeso y boro. ¡Todos minerales! Además casi todas la vitaminas del grupo B, las vitaminas K y D y sobre todo la vitamina C, están implicadas y juegan un papel muy importante en la creación del tejido conjuntivo de los huesos.
Pero aún no es todo: Los aminoácidos (componentes de proteínas) también tienen su importancia. Forman el esqueleto del tejido conjuntivo óseo y sirven de estímulo para la producción de ciertas hormonas, que, en su turno, juegan un papel dentro del metabolismo de nuestros huesos.
En lo que respecta al ejercicio, el consejo de los expertos es hacer ejercicio físico durante por lo menos una hora al día. Parece mucho, pero ya subir una escalera, ir andando al supermercado o trabajar en el jardín son formas de ejercicio.
Fuente:
Nutrición net
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