La higiene bucal tiene una importancia decisiva en la salud, ya que ayuda a combatir la placa bacteriana y su acumulación en la base de los dientes, el sarro. Además, previene tanto la caries (la acumulación de ácidos que destruyen el esmalte) como la enfermedad periodontal (la retracción de la encía que provoca el debilitamiento del hueso en el que se aloja el diente). Aunque no sustituyen al cepillado, los enjuagues bucales ayudan a mantener la boca limpia y sana, gracias a su acción antibacteriana. Estos elixires son soluciones acuosas o hidroalcohólicas que utilizan componentes muy similares a las pastas dentífricas.
La revista virtual española CONSUMER EROSKI ha analizado siete enjuagues bucales alcohólicos mentolados, que cuestan desde los 7,77 euros por litro de Kemphor hasta los 19,75 euros por litro de Oraldine. A pesar de que la composición de todos los colutorios analizados es muy similar, algunos fabricantes etiquetan sus productos como cosméticos (es el caso de Oral-B, Colgate Plax, Sensodyne y Kemphor) y otros lo hacen como dentífricos (tal como ocurre con Oraldine, Listerine y Licor del Polo, que se denominan antisépticos). Al contrario que los cosméticos, los dentífricos tienen número de registro sanitario, lo que significa que antes de su comercialización la Agencia Española del Medicamento ha avalado los estudios científicos que acreditan las propiedades que declaran. Por otra parte, ni Kemphor ni Oraldine desaconsejaban su uso a los niños en el etiquetado. Aunque esta advertencia no es obligatoria por ley se valoró positivamente que el resto sí lo hicieran, ya que se trata de productos con alcohol. En este sentido, el mejor envase es el de Listerine, el único con tapón anti-niños. La mejor relación calidad-precio de este comparativo es Oral-B, fue el mejor valorado por los consumidores, es uno de los que más flúor tenía y no se detectó ningún alérgeno en su composición.
Flúor y otros activos declarados
La mayoría de dentífricos y enjuagues bucales contienen flúor, una sustancia de probada eficacia anticaries, que refuerza el esmalte dental y lo hace más resistente ante los ácidos producidos por la placa. Aunque por otro lado, se ha demostrado que en menores de seis años una ingesta excesiva de esta sustancia puede provocar manchas en los dientes (fluorosis), lo que hace más recomendable que los niños utilicen enjuagues bucales específicos para ellos y pastas dentífricas con un contenido en flúor que no supere las 1500 partes por millón. Los siete elixires analizados en este comparativo tienen flúor en cantidades que se consideran seguras, excepto Oraldine y Listerine que no contienen esta sustancia. El que más flúor tiene y por lo tanto el más recomendable para la caries es Oral-B (250 partes de flúor por millón).
Además de flúor, todos los enjuagues analizados excepto Sensodyne y Lysterine, declaran otros ingredientes activos de efecto antiséptico como clorhexidina (Licor del Polo), Cloruro de Cetilpiridinio (Oral-B, Colgate Plax y Kemphor) y Hexetidina (Oraldine). Son compuestos con gran actividad antiplaca pero en algunos casos pueden tener efectos secundarios como molestias gingivales, ulceraciones, pérdida del gusto o una ligera tinción de los dientes (que se elimina con una limpieza en el dentista).
Aunque sólo Listerine y Colgate informan en su etiquetado de la presencia de mentol entre sus ingredientes, los siete elixires analizados son mentolados, por lo que es muy probable que todos lo incluyan y los fabricantes se limiten a usar el término genérico "aroma".
Ayudan a neutralizar el pH de la boca
Agua, alcohol e ingredientes activos. Ésa es, principalmente, la fórmula de los enjuagues bucales. La manera de estimar la cantidad de ingredientes activos de cada uno (y por tanto su coste de fabricación) es obtener el extracto seco. Para ello, los siete elixires se han evaporado en el laboratorio a una temperatura de 105ºC y se ha comprobado que Listerine es el de mayor extracto seco (13,9 %) mientras que Oraldine está compuesto en un 99% por componentes volátiles (sólo tiene el 0,8% de extracto seco). En vista de los resultados, lo que sí queda claro es que, en unos y en otros, el ingrediente principal es el agua. Por tanto, y a pesar de que todos los productos de este comparativo y la mayoría de los que se comercializan están pensados para su uso directo, escoger elixires sin diluir, más pequeños y más ligeros de transportar, podría ser una buena manera de reducir las emisiones de CO2.
Por otro lado, un elixir se considera más correcto cuanto más se acerque al pH de la cavidad oral, que se encuentra en torno a siete (por debajo del 5,5 el esmalte de los dientes se desmineraliza y su estructura comienza a estropearse). Licor del Polo, con un pH de 6,6, sería el mejor en este sentido y Listerine, con un pH de 4,4, el menos neutro. Como todos los enjuagues son ácidos, deben usarse preferentemente justo tras el cepillado, ya que en ese momento el pH de la boca es ligeramente alcalino y estos elixires ayudan a equilibrarlo.
Cuidado con el alcohol
Aunque los siete colutorios analizados son hidroalcohólicos, no todos contienen la misma cantidad de etanol. Destaca Listerine, con un 17%, muy por encima de la media (un 8%). El alcohol se emplea como disolvente de los principios activos de los elixires y tiene tanto propiedades antisépticas como conservantes. Por otro lado, tiene un efecto caústico, destruye los tejidos en la cavidad oral, y además, en concentraciones elevadas, puede provocar dolor oral. Su uso está especialmente contraindicado en niños, pacientes con mucositis (inflamación de la mucosa oral), personas que hayan recibido tratamientos con radiación en cabeza o cuello y todas aquellas que, por su enfermedad, tengan alterado o comprometido el sistema inmunitario.
En lo que respecta a componentes alérgenos, todas las muestras son correctas, ya que, a pesar de que las siete tenían alérgenos ninguna superaba el límite legal de 100 partes por millón (0,01 %). Todos los elixires contenían d-limoneno en distintas dosis. Sensodyne incluía también linalol; Colgate Plax tenía cinamal y eugenol y Kemphor era la muestra con más alérgenos, ya que se identificaron en su análisis todos los anteriores. Oral-B fue el único enjuague en el que no se detectó ninguna de estas sustancias.
Estudio y conclusiones
Para completar el análisis de laboratorio se pidió a 30 consumidores que utilizaran los siete enjuagues durante tres días consecutivos y evaluaran su color, olor y sabor, además de las sensaciones de frescor y limpieza que dejaban en la boca y la duración del frescor. Oral-B obtuvo las mejores calificaciones en cada uno de estos apartados y logró una valoración global de 6,5. Destacó sobre todo por su sensación de frescor, su olor y su sabor. Sensodyne y Licor del polo consiguieron también buenas calificaciones (6,3 y 6,2 respectivamente), mientras que Listerine y Oraldine obtuvieron las peores notas (5,1 en ambos casos) y ocuparon puestos de cola en los distintos apartados sometidos al juicio de los consumidores.
Tomado de Consumer eroski
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