martes, 31 de marzo de 2009

¿Contiene nuestra dieta las vitaminas necesarias?

Hay discrepancias acerca de la dieta y el consumo de vitaminas. Existen dos posturas bien definidas: la de quienes afirman que en nuestra dieta hay una carencia vitamínica y la de aquellos que consideran que la hipovitaminosis es sólo un mito. Los primeros, que conforman una minoría, argumentan esta deficiencia nutricional basándose en la escasa calidad de lo que ingerimos, considerando que la mayor parte de los alimentos son poco ricos en vitaminas y que, a menudo, nuestras dietas son poco variadas.

También objetan que otros factores pueden afectar de forma negativa nuestras rutinas alimenticias, tales como la falta de tiempo, problemas económicos o una mala educación nutricional, de modo que es fácil tener deficiencias en algún nutriente. Esto se ha observado en algunas poblaciones de diversos países desarrollados, en los que se han registrado niveles bajos de hierro, yodo y otros minerales, nutrientes directamente relacionados con las vitaminas.

Por otro lado, numerosos expertos opinan que es difícil padecer deficiencias vitamínicas en nuestra sociedad actual, ya que las cantidades de dichos nutrientes que nuestro organismo necesita son mínimas y la calidad de los alimentos de nuestra dieta es suficiente alta, de modo que la utilización de suplementos vitamínicos no tiene demasiado sentido y, a menudo, se abusa de su consumo.

Dieta equilibrada

La principal recomendación que lanzan los especialistas es consumir como mínimo cinco raciones al día de vegetales y frutas frescas, ya que son la mayor fuente de vitaminas de nuestra dieta. Con el fin de garantizar que incluya la cantidad necesaria de vitaminas, también hay una serie de recomendaciones a la hora de conservar y preparar los alimentos que pueden resultar útiles: se aconseja no cocinar en exceso los alimentos y esperar al punto de ebullición para cocerlos, en vez de llevar el agua a hervir con ellos dentro.

Asimismo hay que tener en cuenta, a la hora de consumir productos frescos como las frutas y verduras, que la piel y la cáscara contienen gran cantidad de vitaminas. Por este motivo, se aconseja en lo posible preservarla. Los productos frescos son los que poseen una mayor cantidad de vitaminas y son preferibles frente a los productos envasados y precocinados.

Por último, comentar que hay procesos biológicos e industriales que resultan beneficiosos desde el punto de vista nutricional ya que incrementan el contenido en vitaminas o ayudan a conservarlo. Algunos de estos son las fermentaciones lácticas, el curado de los embutidos y jamones, las esterilizaciones UTH rápidas, la ultracongelación y la vaporización en alimentos como el arroz.

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