Distinguir entre rinitis alérgica y el resfriado común es fundamental para evitar la aparición de complicaciones como el asma. ¿Cuáles son las claves para reconocerlos? Existen, aunque siempre se debe acudir a la consulta de un alergólogo para que realice las pruebas de alergia pertinentes y establezca el diagnóstico correcto. La rinitis alérgica es una inflamación de la mucosa nasal debida a una causa alérgica, mientras que el resfriado común es un proceso infeccioso de la mucosa nasal y de la faringe, casi siempre de origen vírico.
Aunque sus síntomas se parecen bastante -son el moqueo, los estornudos, la congestión nasal y otras molestias comunes-, es posible distinguirlos porque el catarro también puede ir acompañado de febrícula o fiebre, dura entre tres y cuatro días, tras los cuales, se soluciona, y sus síntomas son constantes a lo largo del día. En cambio, la rinitis alérgica rara vez se acompaña de febrícula, es más fluctuante que el resfriado a lo largo de un día -va y viene dentro de un mismo día- y no remite en pocos días.
Otra diferencia que debe poner sobre la pista al afectado es que el tipo de secreción varía. En el caso del resfriado es más espesa, amarillenta e, incluso, verde, mientras que en el de la rinitis alérgica suele ser líquida y sale, de manera constante, a modo de goteo, como si fuera "una agüilla". A pesar de todas estas señales de alerta, para una persona puede resultar muy difícil diferenciar al 100% si padece una rinitis alérgica o se encuentra ante un resfriado común. En estos casos de duda, hay que acudir a los especialistas de alergología para someterse a las pruebas pertinentes y así salir de dudas.
En la actualidad y a pesar de que su diagnóstico es sencillo, la rinitis alérgica está infradiagnosticada. Para llegar al diagnóstico, el médico interroga al paciente para recopilar la máxima información posible y elaborar, así, una buena historia clínica. Además, la disponibilidad de pruebas cutáneas permite precisar cuál es el alérgeno causante de la rinitis. En algunas ocasiones, si hay presencia de síntomas asmáticos, como tos, pitos o dificultad para respirar, se precisarán más pruebas En ese caso, se realiza una espirometría, que es una prueba de la función respiratoria.
Causas de la Rinitis
La rinitis alérgica es la enfermedad alérgica más frecuente. La proporción de población afectada varía entre el 3%, el 10% y el 15%, según distintos estudios. Existen diversas causas de rinitis, tanto en el niño como en el adulto, pero se estima que alrededor del 50% de los casos de rinitis son de origen alérgico. La rinitis alérgica está aumentando tanto en la población en edad pediátrica como en la adulta. Se estima que en 50 años entre el 20% y el 30% de la población será alérgica (padecerá alguna alergia, en general, y dentro de ella, rinitis alérgica).
Una de las causas más importantes que están detrás del aumento de la alergia y, por consiguiente, de la rinitis alérgica es la contaminación ambiental. Además, entre las causas más frecuentes de la rinitis alérgica figuran los pólenes, el polvo los hongos o los epitelios (como el pelo o la caspa) de los animales.
Las personas afectadas por la rinitis alérgica pueden caer en la cuenta de que la padecen, a diferencia del resfriado, cuando sus síntomas se repiten con cada nueva temporada de pólenes. No obstante, la época del año de la polinización varía dependiendo de las plantas.
Las rinitis alérgicas se clasifican en dos subtipos: las estacionales, cuando sus síntomas son temporales y ocurren en determinadas épocas del año, por exposición a los pólenes o a ciertos hongos; y las perennes, cuando sus síntomas persisten durante todo el año y los alérgenos causantes se encuentran en el ambiente de forma continua, como los ácaros del polvo. No obstante, también pueden darse casos de síntomas perennes con exacerbaciones estacionales.
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