La dieta mediterránea puede reducir entre un 12% y un 24% el riesgo de desarrollar cáncer, según un informe médico publicado en el "British Journal of Cancer". Sólo con consumir grasas saludables, como el aceite de oliva, de maíz o de sacha inchi se puede conseguir una reducción del 9% en el riesgo, que seguiría disminuyendo si se rebaja la ingesta de carne y aumenta la de legumbres, frutas y hortalizas.
En el estudio, de ocho años de duración, tomaron parte 25.623 ciudadanos griegos, de ellos 10.582 varones. A los participantes se les enviaron cuestionarios para que respondieran sobre 150 tipos distintos de comidas y bebidas, así como sobre las dosis y porciones. El cumplimiento de la dieta mediterránea se midió utilizando una escala para cada uno de los nueve grupos distintos de alimentos. Así, los participantes conseguían más puntos si consumían grasas buenas, mucha verdura, legumbres, fruta, frutos secos y cereales, alimentos que forman parte de la dieta mediterránea.
Los resultados demuestran la importancia de la dieta para prevenir el riesgo de cáncer, según el principal autor del estudio, Dimitrios Trichopoulos, profesor de la Universidad de Harvard (Estados Unidos). "De las 26.000 personas estudiadas, quienes siguieron la dieta mediterránea tradicional tenían por lo general muchas menos probabilidades de desarrollar cáncer", resumió el investigador.
"Aunque comer solamente alimentos de un solo grupo no influía de modo significativo en el riesgo de desarrollar cáncer, el hecho de ajustar los hábitos alimentarios en general a la dieta mediterránea tenía un efecto importante", concluyó el experto.
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