El asbesto o amianto es una sustancia peligrosa de muy amplia difusión. La asbestosis es una enfermedad grave y a menudo mortal, provocada por la inhalación de fibras de este material, que se clavan en los pulmones y los van dañando. Con frecuencia, la asbestosis lleva al cáncer de pulmón. En numerosos casos, en el momento en que se diagnostica, sus efectos ya son irreversibles.
Una dificultad que tenemos con las cuestiones ambientales es el escaso cumplimiento de las normas vigentes. Al difundirse la existencia de un problema, inmediatamente se genera un reclamo social para pedir una Ley que lo solucione. Hacemos petitorios y reuniones, juntamos firmas y, finalmente, se sanciona la Ley y los ciudadanos se quedan tranquilos, convencidos de que convivimos con un problema menos.
Sin embargo, vivimos en sociedades en las cuales parece creerse que las leyes ambientales son de cumplimiento optativo. Por ese motivo, me gustaría compartir con ustedes el caso del amianto o asbesto.
¿Seguimos usando amianto?
El asbesto o amianto es una sustancia peligrosa de muy amplia difusión. Se trata de uno de los materiales para los cuales la relación beneficio/riesgo es más desfavorable, lo que ha llevado a prohibirlo en muchos países.
La asbestosis es una enfermedad grave y a menudo mortal, provocada por la inhalación de fibras de este material, que se clavan en los pulmones y los van dañando. Con frecuencia, la asbestosis lleva al cáncer de pulmón. En numerosos casos, en el momento en que se diagnostica, sus efectos ya son irreversibles.
El amianto es incombustible, resiste temperaturas muy altas (su punto de fusión es de 1.500 grados centígrados), es inalterable por las bacterias, resiste a la electricidad, no se gasta, es más sólido que el acero y además es barato. Es decir, que es el producto que necesitaba la Revolución Industrial. Durante todo el siglo XX se generalizó su uso alcanzando las mayores cotas en la década de 1970, a partir de la cual ha disminuido drásticamente en los países desarrollados debido a sus efectos sobre la salud de los trabajadores.
El silencio sobre los daños provocados por el asbesto tiene que ver con la enorme cantidad de usos de esta sustancia en la industria y en la vida cotidiana. Esto no significa que el asbesto sea técnicamente insustituible. Significa que la industria ha buscado muchos cómplices para crear una trama de intereses que haga más difícil su reemplazo.
Daños irreversibles
El amianto, una vez inhalado, se instala en el pulmón y es muy difícil de eliminar. El organismo moviliza contra él su sistema inmunitario y una primera línea de macrófagos. A pesar de todo, las fibras desencadenan una fibrosis, un espesamiento de los pulmones que se va manifestando poco a poco por una insuficiencia respiratoria y también por alteraciones genéticas en las células de la pleura y de los pulmones, que son causa del cáncer.
Las muertes por amianto se cuentan por miles en todo el mundo y por ese motivo, la tendencia internacional es la prohibición de esta sustancia y su reemplazo por otras de menor riesgo. Hay un pacto de silencio. La prohibición europea sobre el amianto no evita que esté presente en nuestra vida y entorno laboral, lamentablemente.
Existen muchos estudios sobre los daños al organismo que ocasiona el asbesto. Fue en 1906 en Londres (Inglaterra) cuando fue descrito el primer caso conocido de "fibrosis pulmonar por Asbesto" en un trabajador de 33 años, del área de cardado de una fábrica textil.
Desde 1935 se conocen los primeros trabajos que relacionan científicamente la exposición al asbesto y cáncer de pulmón y en 1947 se describen los mesoteliomas de pleura y peritoneo y, hoy día se reconoce que el amianto es la más conocida de las sustancias industriales relacionadas con el cáncer de pulmón.
Hoy se tiene absoluta certeza de dos tipos de cáncer producidos por exposición al amianto: asbestosis, cáncer del pulmón y mesotelioma. No se reconoce una cantidad mínima del agente causal por debajo de la cual un expuesto pueda considerarse seguro. El cáncer de pulmón en trabajadores expuestos llega a ser hasta 7 veces más frecuente que en la población general.
Las fibras de asbesto pueden pasar al aire o al agua a causa de la degradación de depósitos naturales o de productos de asbesto manufacturados. Las personas que trabajan en industrias que fabrican o usan productos de asbesto o que trabajan en la minería de asbesto, puede estar expuesta a altos niveles de asbesto. Las personas que viven cerca de estas industrias también pueden estar expuestas a altos niveles de asbesto en el aire. Las fibras de asbesto pueden liberarse al aire al manipular materiales que contienen asbesto durante el uso del producto, demoliciones, mantenimiento, reparación y renovación de edificios o viviendas. En general, la exposición sucede cuando el material que contiene asbesto es perturbado de manera tal que libera partículas o fibras al aire.
Nota: El actor Steve McQueen sentía auténtica pasión por las carreras de coches. En ésta época los trajes ignífugos de los pilotos se fabricaban con fibras de asbesto. Steve McQueen murió prematuramente a consecuencia de un cáncer de pulmón que se cree pudo estar relacionado con la inhalación del asbesto de los trajes.
1 comentario:
Bueno el artículo, sin embargo, la pregunta es: ¿En cuáles productos actualmente se encuentra este elemento? Creo que si los conocemos los podemos evitar al remplazarlos por otros que no cuenten con esta substancia. Gracias y suerte.
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