
Las manifestaciones clínicas de la infección por el virus de la hepatitis B son muy variadas, y es importante recalcar que frecuentemente esta infección puede no dar ningún síntoma por muchos años lo cual no significa necesariamente que la infección esté controlada. El daño que produce el virus de la hepatitis B en el hígado es también variable y depende de la capacidad de reparación del hígado y de la capacidad del organismo de controlar la infección. Las consecuencias más importantes de esta infección en el largo plazo son el desarrollo de cirrosis hepática y de carcinoma hepatocelular.
Odiosas comparaciones
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Con una mínima cantidad se puede transmitir la Hepatitis B a diferencia del VIH. La hepatitis B además de las formas agudas de la enfermedad, puede inducir al desarrollo de la cirrosis hepática o el cáncer de hígado, patologías crónicas cuyo tratamiento es complejo y costoso, y pese a ello inevitablemente los pacientes fallecen. La vacuna es una de las principales formas de protegerse contra esta enfermedad. No debemos dejar de aprovechar esta oportunidad para proteger a nuestros hijos. El virus del la hepatitis B puede sobrevivir hasta 7 días fuera del organismo humano lo cual la incrementa la posibilidad de generar contagio, a diferencia de VIH que permanece menos días.
Muy importante
El VIH y la hepatitis B comparten vías de contagio similares: Relaciones sexuales, contacto directo con sangre, compartir jeringas para drogas intravenosas, etc.
En cuanto al riesgo, la hepatitis B es más contagiosa que el HIV. Para tener una idea, luego de un pinchazo accidental con sangre contaminada, el riesgo de adquirir una infección es el siguiente:
- Hepatitis B: 30%
- Hepatitis C: 3%
- HIV: 0.3%
Como ya hemos dicho, afortunadamente, está disponible la vacuna contra la hepatitis B, que es el mejor medio de prevenir el contagio. Es una vacuna muy efectiva y segura.
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