Los químicos de la seducción se activan en los besos húmedos, preferidos por los hombres como una puerta de entrada al sexo, afirman los científicos, aunque incluso las más castas caricias pueden desatar una intensa respuesta hormonal.
"A los hombres les gustan los besos húmedos con la boca más abierta y eso me sugiere que están inconscientemente tratando de transferir testosterona para disparar una conducta sexual en las mujeres", dijo Helen Fisher, antropóloga de la Universidad Rutgers (Nueva Jersey, este de EEUU).
El beso ciertamente puede abrir la puerta al sexo, señaló Fisher. Pero también podría cancelar su posibilidad: un reciente estudio halló que el primer beso puede ser el "beso de la muerte" para las relaciones que están empezando. Besar es un instinto natural que probablemente sirve a varios propósitos evolutivos, señaló Fisher, una de las más reconocidas expertas en la biología del amor y la atracción.
La preferencia de los varones por los besos húmedos con mucha lengua en acción puede ayudarlos a superar sus pobres sentidos del olfato y el gusto. "Lo que probablemente están haciendo es intentar captar el ciclo de estrógeno de una mujer para hacerse una idea de su grado de fertilidad", indicó.
Los besos también estimulan una enorme zona del cerebro, pero el amor puede hacer aún más, según un experimento dirigido por Fisher, quien pasó por un escáner el cerebro de 49 hombres y mujeres, entre los que algunos acababan de "enamorarse perdidamente" y otros habían sido rechazados.
Un tercer grupo se declaraba igualmente enamorado luego de un promedio de 21 años unidos.
La científica halló que la gente que está recién enamorada tiene altos niveles de actividad en el sistema "de recompensa" del cerebro, que produce dopamina y está vinculado a la ansiedad, la motivación, la atención focalizada y el comportamiento orientado por objetivos.
La científica halló que la gente que está recién enamorada tiene altos niveles de actividad en el sistema "de recompensa" del cerebro, que produce dopamina y está vinculado a la ansiedad, la motivación, la atención focalizada y el comportamiento orientado por objetivos.
"La gente rechazada", en cambio, "mostró un montón de actividad en varias áreas (cerebrales) directamente asociadas a la adicción", dijo Fisher a periodistas durante la conferencia anual de la Asociación Americana para la Promoción de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés), que comenzó el jueves en Chicago (Illinois, norte).
En tanto, los amantes "de largo plazo" mostraron actividad en la misma zona de "recompensas" del cerebro de los amantes, pero también en la región asociada con sentimientos de calma, que produce serotonina, y en el área que genera oxitocina, asociada al deseo de establecer una pareja.
En otro trabajo, Wendy Hill, profesora de neurociencia en la universidad Lafayette, examinó la saliva y la sangre de 15 parejas que pasaron 15 minutos besándose.
En otro trabajo, Wendy Hill, profesora de neurociencia en la universidad Lafayette, examinó la saliva y la sangre de 15 parejas que pasaron 15 minutos besándose.
Halló que, cuando comenzó el experimento, las mujeres tenían niveles significativamente más altos que los hombres de la hormona que estimula la disposición a vincularse a una pareja. No obstante, estos niveles cayeron cuando se hicieron las mismas pruebas luego de completado el experimento.
Este "beso de la muerte" fue un resultado sorprendente, aunque según Hill podría atribuirse temporalmente al hecho que el estudio fue conducido en el centro de salud de la universidad y que un poco de música suave y algunas flores no fueron suficientes para que las mujeres se pusieran a tono.
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