martes, 10 de febrero de 2009

Los Alimentos y los pesticidas


El uso de pesticidas en los alimentos es un tema preocupante, sobre todo porque algunas de estas sustancias son acumulativas en los alimentos y pasan al organismo humano. Un pesticida o plaguicida es una sustancia utilizada en la agricultura principalmente para repeler, eliminar, reducir, etc., a insectos o microorganismos que puedan malograr los cultivos. Se han realizado investigaciones en las que se han logrado desarrollar pesticidas que no afectarían a los seres humanos u otros animales, pero son solo unos pocos y no son suficientes para combatir todas las plagas que pueden atacar a los cultivos.

Los consumidores exigen cada vez más alimentos seguros, nutritivos, fáciles de almacenar, de preparar y disponibles durante todo el año y, además, a precios económicos. El grupo compuesto por frutas, verduras y hortalizas cada vez es más consumido, y su producción está asociada en la mayoría de los casos a procedimientos en los que está implicado el uso de pesticidas. Conocer y limitar los tratamientos que reciben y, a la vez, saber por qué se aplican, constituye una de las necesidades básicas.

El término pesticida hace referencia a una amplia gama de productos químicos para la protección de los cultivos. Entre ellos destacan los insecticidas, que se usan para controlar a los insectos; los rodenticidas, cuya labor es vigilar a los roedores; los herbicidas, utilizados para eliminar malezas y, por último, los fungicidas, cuyo objetivo es acabar con los hongos y el moho. En la agricultura, los herbicidas son los productos químicos que más se usan. Un mal uso puede representar un gran riesgo para los consumidores, razón por la que se recomienda limitar la exposición a los alimentos o decantarse por el uso de alternativas menos peligrosas.

Algunos de los pesticidas que se utilizan son productos químicos naturales, como el azufre. Además, ciertas plantas también producen niveles bajos de pesticidas naturales que les sirven para autoprotegerse contra los insectos u otras invasiones. Los agricultores usan productos químicos naturales y sintéticos según las necesidades que requieran para controlar las malezas, los insectos o las enfermedades. El uso de productos químicos representa un coste significativo de la producción agrícola y, por lo tanto, los agricultores tienen un incentivo para aplicar menos cantidad de pesticidas y hacerlo de forma más planificada. Cabe pensar que no los usan a menos que sepan que obtendrán beneficios en el producto, entre ellos, la calidad y seguridad.

Los pesticidas permiten producir con éxito algunos cultivos en áreas que sin su uso no sería posible cultivar. También son los responsables de extender el período de desarrollo de las plantas de manera que se aprovecha más eficazmente su rendimiento. Ayudan a incrementar la producción de materia prima, mantienen su calidad y, a la vez, el período de almacenamiento. Como en todo, el problema viene dado por su uso excesivo e incorrecto. Partiendo de la base de que son productos químicos y, científicamente probado, tóxicos, vale la pena hacer una reflexión porque también son necesarios para obtener unos alimentos de calidad y seguros.

Posicionarse ante los pesticidas no es fácil. El uso de productos químicos y su relación con la seguridad alimentaria continúa siendo una cuestión compleja. Las autoridades europeas intentan plantear las mejores soluciones para todas las partes implicadas, pero en muchas ocasiones la solución no satisface los intereses de todos. Por una parte, cada vez hay más consenso en la comunidad científica sobre el hecho de que pequeñas dosis de pesticidas y otros productos químicos pueden afectar negativamente al consumidor.

Consejos útiles

Los residuos de pesticidas son un subproducto inevitable. Por este motivo, numerosas normas regulan su presencia y la cantidad permitida en los alimentos. Conviene recordar también que los consumidores los utilizan en el hogar o en el jardín para controlar las plagas de termitas y cucarachas, limpiar el moho de las cortinas de baño, destruir la maleza que crece en el césped, aniquilar las pulgas de las mascotas o desinfectar el agua de las piscinas. Los pesticidas también se utilizan en hospitales, hoteles y restaurantes para destruir gérmenes.

Minimizar la exposición a estos productos adquiridos vía ingestión es posible si se siguen algunas pautas:

- Seleccionar productos frescos que no estén sucios ni cortados, que no tengan hoyos de insectos u otros signos de alteración.
- Lavar bien las frutas y vegetales con agua corriente. Es preferible hacer esta operación que dejarlos sumergidos durante algún tiempo ya que el alimento no perderá compuestos hidrosolubles.
- Pelarlos o quitarles la piel reduce la exposición, aunque también se pueden perder valiosos nutrientes procedentes de la cáscara.
- Desechar las hojas más externas de los vegetales facilita la detección de restos químicos en estas partes.
- Cocinar y hornear los vegetales también reduce, si bien no todos, los residuos de los pesticidas.
- Alimentarse con una dieta variada de frutas y vegetales, así como de otros productos alimenticios. Así es más fácil proveerse de una mejor mezcla de nutrientes y se reduce la posibilidad de exponerse a un solo pesticida.

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