Durante la infancia las habilidades sociales comprenden la capacidad para gestionar de manera correcta sentimientos y comportamientos, reconocer las señales sociales de los demás y participar e interaccionar con el resto de compañeros de forma positiva. Un nuevo estudio muestra que la forma en que las madres hablan con sus hijos cuando son pequeños tiene un efecto positivo y duradero en este desarrollo social.
La intervención temprana de la familia, con acciones sencillas pero muy importantes, es una herramienta clave para mejorar y aumentar todas estas habilidades sociales descritas. Un nuevo estudio de la Universidad de Sussex (Reino Unido) ha mostrado que la forma en que las madres hablan con sus hijos cuando son pequeños tiene un efecto beneficioso y duradero en sus habilidades sociales. Los resultados han mostrado que cuando las madres hablan a sus hijos de sentimientos, creencias, deseos e intenciones de otras personas, estos desarrollan una mejor comprensión social que la que tienen los niños que no reciben mensajes sobre estados de ánimo.
La intervención temprana de la familia, con acciones sencillas pero muy importantes, es una herramienta clave para mejorar y aumentar todas estas habilidades sociales descritas. Un nuevo estudio de la Universidad de Sussex (Reino Unido) ha mostrado que la forma en que las madres hablan con sus hijos cuando son pequeños tiene un efecto beneficioso y duradero en sus habilidades sociales. Los resultados han mostrado que cuando las madres hablan a sus hijos de sentimientos, creencias, deseos e intenciones de otras personas, estos desarrollan una mejor comprensión social que la que tienen los niños que no reciben mensajes sobre estados de ánimo.
Los investigadores lo atribuyen a que los niños mayores tienen más tendencia a verse influenciados por sus compañeros y otros adultos. Los resultados remarcan la necesidad de ahondar en la importancia del desarrollo social de los niños en sus primeros años de vida.
Con los niños de 8 a 12 años se hizo otro experimento. Les mostraron un personaje habitual de la televisión británica, ejemplo típico de persona insensible y que hace lecturas muy incorrectas de las situaciones sociales. Al igual que los mayores cuando ven el programa televisivo, los niños del estudio mostraron sus primeros sentimientos de vergüenza ajena. Incluso consideraron las meteduras de pata del personaje más embarazosas que los demás y mostraron una buena comprensión de lo que estaba haciendo mal. Al final del estudio, los niños mostraron la misma comprensión social que sus madres, lo que demuestra que a los 12 años los niños pueden ser tan complejos socialmente como los adultos.
Grandes logros
Los investigadores aseguran que estos resultados muestran que facilitar el desarrollo social del niño no debe ser una tarea complicada, ya que las charlas sobre el estado de ánimo no son difíciles. No requiere unas habilidades lingüísticas destacadas ni una comprensión social compleja. Por el contrario, éstas parecen ser del todo didácticas. Son muchas las publicaciones basadas en otras recomendaciones a los padres para guiarles en el correcto desarrollo social y emocional de sus hijos.
Los consejos giran en torno a responder al hijo con el nivel apropiado a su desarrollo mental, hablar sobre acciones u objetos que le interesan o usar la palabra para responder a sus gestos. También se recomienda a los progenitores que esperen respuestas gestuales a ciertas palabras clave en aquellos niños que aún no hablan, explicarles de forma detallada acciones que se van a llevar a cabo antes de hacerlas y esperar unos segundos antes de iniciarlas, motivarles a explorar el espacio, felicitarles ante el éxito y organizar encuentros entre niños pequeños y recién nacidos para que inicien sus relaciones sociales.
La edad de tres años es fundamental en el inicio en el desarrollo de las habilidades sociales en los niños. Un estudio de 2007 elaborado en la Universidad de Michigan (EE.UU.), presentado en el encuentro anual de la Society for Research in Child Development, apuntaba a esta edad como predictora de las futuras habilidades tanto sociales como académicas de los niños.
Este estudio añadía resultados sobre los efectos beneficiosos que puede tener en los niños la intervención paterna en el ámbito del desarrollo social, que los niños con estrés tenían más probabilidades de mostrar menos habilidades sociales y que, de la misma manera, una nutrición infantil poco adecuada era un factor de riesgo importante.
Lic. Nuria Llavina
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