Cuando se trata de adelgazar, inmediatamente pensamos en comer menos y hacer más ejercicio. No obstante, según un grupo de científicos del Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, además deberíamos pensar en lo que bebemos. Los investigadores han demostrado en un artículo publicado en "American Journal of Clinical Nutrition" que la reducción de la ingesta de calorías líquidas también cuenta para perder peso. Partiendo de la observación de que la epidemia de obesidad en los EE.UU. ha seguido paralela al aumento del consumo de refrescos, los investigadores han efectuado un estudio para conocer hasta qué punto el consumo de calorías líquidas influye en el peso.
Para el estudio, los expertos han clasificado las bebidas en siete grupos en función de su composición nutricional: azucaradas, dietéticas, leche, zumo natural, café y té con azúcar, café y té sin azúcar, y bebidas alcohólicas. Posteriormente han controlado el consumo de dichas bebidas en varios grupos de adultos de entre 25 y 79 años durante 18 meses y, por último, han cuantificado las variaciones en el peso de los individuos. Los investigadores han calculado que 810 personas ingieren una media de 356 kcal diarias a través de las bebidas, lo que supone un 19% del total de las calorías diarias.
La reducción a 100 kcal diarias se ha asociado a una pérdida de peso de 0,25 kilos a los seis meses. Cuando se reducen básicamente las bebidas azucaradas, el descenso de peso es de medio kilo a los seis meses y de 0,7 kilos a los 18. A pesar de que las reducciones no son muy significativas, la conclusión es que las calorías líquidas también cuentan y que una moderación en su consumo ayuda a seguir una dieta equilibrada y a evitar los problemas de sobrepeso.
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