Un grupo internacional de investigadores renovó su pedido de prohibir mundialmente la minería y el uso de asbestos, una causa conocida del cáncer que consideran insegura en todas sus formas. Los expertos esperan ejercer presión contra el Gobierno canadiense para que restrinja las exportaciones y deje de brindar apoyo financiero a las compañías que extraen y exportan el mineral, que en el pasado se usaba para hacer techos, aislamientos y otros materiales de construcción.
Pese a que los asbestos fueron prohibidos en 52 países, la producción mundial anual sigue superando los 2 millones de toneladas métricas, lo que expone a alrededor de 125 millones de personas a los minerales en el trabajo, dijeron los investigadores en la revista Environmental Health Perspectives.
"Sabemos desde hace décadas que todas las formas de asbestos son carcinógenos humanos", dijo el doctor Philip Landrigan, de la Escuela de Medicina Mount Sinai y director del Collegium Ramazzini, un grupo independiente de expertos en salud ocupacional y ambiental que reclama la prohibición.
"Simplemente no es posible trabajar seguramente con asbestos, sobre todo en los países en vías de desarrollo, donde los controles sociales son débiles", señaló Landrigan en una entrevista telefónica.
A pesar de que amplios estudios en personas y animales confirmaron los efectos cancerígenos de los asbestos, afirmó que las ventas del mineral natural siguen siendo fuertes. "Se está produciendo en un pequeño número de países, incluyendo Canadá y Rusia. Casi todo se usa en el tercer mundo", dijo Landrigan. Además de cáncer, la exposición a los asbestos causa asbestosis, una enfermedad progresiva y debilitante en los pulmones.
En Canadá, las compañías extraen asbestos crisolitos, que según la industria del sector pueden ser usados de forma segura bajo ciertos controles. Pero en las naciones en desarrollo, los trabajadores a menudo tienen equipos y estándares de seguridad inadecuados.
"Esta es una tragedia humana que va a producir varios miles de cánceres innecesarios y muertes prematuras. La mayoría (...) entre las personas más vulnerables", dijo Landrigan. Su grupo envió una carta al primer ministro de Quebec, Jean Charest, donde le pidió que no extendiera un préstamo de 58 millones de dólares canadienses para apuntalar la minería de asbestos en su provincia.
La Sociedad Canadiense del Cáncer y varias agencias de salud pública se sumaron a la campaña esta semana. Las instituciones estiman que, en todo el mundo, alrededor de 90.000 personas mueren por año de enfermedades relacionadas a la exposición a los asbestos en el trabajo.
Fuente
Reuters Health
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