Un estudio realizado por investigadores de las universidades de Londres y Bristol revela que una dieta inadecuada en los primeros años de la infancia tiene efectos en el posterior desarrollo escolar de los niños.
Estos expertos comprobaron que los pequeños que a los tres años consumieron muchos alimentos con alto contenido de sal y azúcar progresaban menos en el colegio. En concreto, tenían un 10% menos de probabilidades de alcanzar los niveles de desarrollo esperados entre los seis y los diez años en comparación con otros niños. También comprobaron que el régimen alimenticio en años posteriores no tenía tanta incidencia en el trabajo en la escuela.
El estudio muestra "una sólida asociación" entre hábitos alimenticios en los primeros años y el posterior desarrollo escolar, e indica que "las pautas de las primeras comidas tienen efectos duraderos, al margen de cambios posteriores en la dieta", señaló la nutricionista Pauline Emmett, de la Universidad de Bristol.
Esta especialista advierte de la importancia de que los niños tengan una dieta equilibrada desde la primera infancia "si quieren sacar el máximo provecho de la educación".
La investigación se basó en los datos recabados por un estudio de la Universidad de Bristol que sigue el desarrollo de 14.000 pequeños desde su nacimiento en 1991 y 1992.
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