Si bien un amplio abanico de estudios experimentales ha relacionado el aumento del consumo de flavonoides de distintas fuentes -cítricos, variedad de vegetales, vino, café, té y chocolate- con la reducción del riesgo de contraer enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y la diabetes, aún falta mucho camino científico por recorrer. Queda pendiente determinar qué sustancias de este tipo son interesantes para la salud según su procedencia alimentaria y definir las dosis adecuadas y seguras de su consumo, sobre todo en el caso del tratamiento o la prevención de enfermedades.
Por ejemplo, los flavonoides del chocolate se asocian con una mejora en la circulación sanguínea y una reducción sustancial de la tensión. Igualmente, se ha demostrado que los flavonoides del té verde ayudan en la reducción de los niveles de LDL colesterol en sangre, al igual que la proteína de soja, rica en isoflavonas. Teniendo en cuenta que el cacao y el té verde también contienen sustancias cardioprotectoras como la teobromina, minerales como el potasio y el magnesio, es difícil dilucidar
Los flavonoides protegen al organismo del daño producido por agentes oxidantes, como los rayos ultravioletas, la polución ambiental, sustancias químicas presentes en los alimentos, los compuestos químicos tóxicos del tabaco, etc. El organismo humano no puede producir estas sustancias químicas protectoras, por lo que deben obtenerse mediante la alimentación.
Debido a las propiedades que se les atribuyen y al avance científico que desde los años 90 se está dando en este campo, el mercado de los complementos dietéticos dispone de una amplia oferta de estas sustancias que están a la venta por sus efectos beneficiosos en la protección frente a enfermedades degenerativas, osteoporosis o enfermedad cardiovascular y en el alivio de los síntomas de la menopausia entre otros.
Teniendo en cuenta que en la actualidad es bastante disperso y confuso el conocimiento que se tiene sobre la biodisponibilidad de estas sustancias, muchas de las cuales podrían ser poco o nada absorbibles por el organismo, es aconsejable ser prudentes con su consumo y acudir al consejo profesional antes de tomar este tipo de productos. Además, se desconoce si los flavonoides consumidos a ciertas dosis y durante períodos de tiempo prolongados pueden dar lugar a efectos adversos a largo plazo.
Lic. Elena Pineiro
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