Los problemas para que una mujer se quede embarazada son una de las principales consecuencias del síndrome del ovario poliquístico. Generalmente disminuyen las posibilidades de lograr un embarazo de la manera tradicional, lo que hace requerir tratamientos médicos para regular el ciclo reproductivo, así como procedimientos de fertilidad asistida. Para lograr un embarazo, la ayuda y guía de un médico especializado en el síndrome es clave, ya que antes de intentar la gestación, es necesario controlar varios de sus síntomas, como el sobrepeso.
Se realizan también exámenes para detectar los períodos de ovulación con el fin de aumentar las posibilidades de lograr la concepción. Si los medios tradicionales fracasan, siempre se puede recurrir a tratamientos de fertilidad asistida, que en los últimos años han avanzando en su variedad y tasa de efectividad. Lo habitual es que se prepare a la mujer a través de la inyección de hormonas estimulantes para la ovulación. En casos más complicados se procede a la fertilización "in vitro".
Aunque el síndrome no tiene por qué causar problemas de infertilidad, ésta tiende a relacionarse con embarazos de alto riesgo. Una mujer con ovarios poliquísticos tiene mayores posibilidades de pérdidas, desarrollo de diabetes gestacional y alzas de presión sanguínea.
Fuente
Consumer.es
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